Imagen sacada de google
Buscaba un nuevo destino. Subió
al tren y se sentó al lado de la ventanilla. Nadie fue a despedirle y nadie le
esperaba.
El tren se puso en marcha, miro por la ventana. Su ciudad, la ciudad
que le vio nacer desaparecía poco a poco de su vista; y se alegraba.
El traqueteo del tren le hizo sumergirse en un sueño profundo. Al
despertar, ella estaba allí, frente a él, leyendo un libro.
Se quedó fascinado con la
belleza de la mujer. La sonrío y ella le devolvió la sonrisa.
Comenzaron a hablar. El viaje
había valido la pena.
sencillo, atrapante y con un final tan inesperado como feliz
ResponderEliminarmuy bien amigo Sbarkjam
un abrazo desde el sur
¡Ah! me he quedado un poco perpleja, creí que seguiría, que había más ¿no?
ResponderEliminarBesitos
Eso es como un final abierto, un final que es un principio y en mi imaginación sé cómo acabarlo.
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