Seguidores

lunes, 31 de octubre de 2011

SÍNDROME DE CAPGRAS.

Otra vez viene; otra vez con esas pastillas. Quiere tenerme drogado para hacer conmigo experimentos; lo sé.
Sí, se parece a mi mujer, pero no es ella; no se parecen en nada, solo en el aspecto.
–Debes tomarme el tratamiento –dice con esa maldita voz tan dulce. Como la de mi esposa.
No quiero tomarlas, no me hacen falta; dice que estoy loco, pero es porque la he descubierto; no es humana; quiere estudiarme, pero no me dejaré; no dejaré que me haga una lobotomía para que sea su esclavo.
Cree que porque me ponga un vaso de leche con las pastillas me las voy a tomar; me beberé el vaso de leche y las pastillas las esconderé.
Todos dicen que es mi mujer, incluso ese maldito psiquiatra, que le cree a ella y no a mí; y me receta tantas pastillas.
Dice que tengo el síndrome de Capgras. Eso significa, que según ellos estoy loco, porque creo que mi mujer ha sido suplantada por una extraterrestre idéntica a ella, pero conozco perfectamente a mi esposa y sé que no es ella.
Sí, son completamente iguales, se comportan igual, incluso su olor corporal es el mismo, pero no es ella.
No debía haber tomado la leche; esta vez me ha engañado; tengo sueño, estoy completamente relajado; no consigo mantener los ojos abiertos. Me ha echado el medicamento en el vaso. Esta vez ha sido más lista que yo.
Intento abrir los ojos, pero solo consigo un rápido parpadeo y caigo a los pies de Morfeo.

No sé cuánto tiempo tiempo ha pasado; ni dónde estoy. Solo veo unas potentes luces; tengo frio y hambre; tengo un nudo en el estomago por el miedo.
Oigo a alguien hablar; no entiendo lo que están diciendo; es una lengua incomprensible para mí. No es un idioma de la tierra. Las voces se acercan; no veo quien es, solo veo las luces. Intento erguirme; mis músculos no me responden. No puedo moverme. Quiero volver a dormir. Tiene que ser un sueño. No puedo cerrar los ojos; la blancura de las luces me hace daño, me está quemando las corneas. Pierdo el sentido y me desmayo.

Abro los ojos; veo su mirada clavada en mí; esos ojos de los que me enamoré hace tiempo, pero que no son los de ella. Me mira y me besa la frente.
No sé, ¿Y si lleva razón y estoy esquizofrénico? Ella me quiere y no quiere hacerme daño; siempre me amó más que a ella misma, pero, ¿Cómo puedo saber si estoy en lo cierto?
Me trae las pastillas y el vaso de leche; tal vez, si me tomo la medicación pueda aclarar mis ideas.
Decido tomarlas. Todo me da vueltas; intento levantarme, pero caigo al suelo sin sentido.

Despierto; oigo su voz,  está de espaldas a mí cantando nuestra canción. Todo ha sido una maldita pesadilla.
Intento levantarme de la cama, pero no es mi cama; es una especie de camilla de hospital. Noto sondas clavadas por todo mi cuerpo; intento gritar; un tubo introducido en mi garganta me lo impide.
Ella se gira; me mira fijamente; sus ojos se ponen en blanco y de su boca sale una especie de aguijón que se clava en mi estomago.
Yo tenía razón; no tenía el síndrome de Capgras, pero ya es demasiado tarde.
    

domingo, 30 de octubre de 2011

BUSCANDO EL SONETO PERFECTO.

Busco sacar un soneto perfecto
y que me coincidan todas sus rimas.
Que las palabras no me hagan esgrima
Para que nadie le encuentre un defecto

Sigo buscando el soneto perfecto.
Y la verdad, que da un poco de grima. 
Y que mi pobre cabeza me exprima
a sabiendas que me falta intelecto

Este soneto acabara conmigo.
Endecasílabo con consonante.
Voy a botar si por fin lo consigo.

Segundo terceto, sigo adelante.
Aun no salto, pero pego un respingo.
Con catorce versos tengo bastante.

miércoles, 26 de octubre de 2011

SANTIFICADA SERAS

Situada sobre sabanas sesgadas, sollozando. Susurra santos sacramentos; se santigua sabiendo su sombrío sino. Sabe su suerte; sola, sin salvación. Siente su soledad situada sobre su sien; sin salida. Será sacrificada.
Sonrío saboreando su sabor, su sangre, su saliva. Solo soy su sombra, siquiera soy simple sustancia. Su savia sacia solamente sus sórdidos sentimientos.
Sorbo sus senos; saben salados, son suaves, sensibles.
¿Soy sádico? Sí. 
Soy sus sombríos sueños. Solo se salvara si salta sobre suelo sacro.
Sinuosos sables sajan sutiles secciones sobre su ser. Su sexo supura semen; sudor; sangre.
Será sembrada; su simiente será Satán.

Sonríe.

martes, 25 de octubre de 2011

DESESPERADO.

Aquí estoy; una noche más; buscando otras noches; buscando otras almas que no sean la mía. Y mientras sigue lloviendo; sigue lloviendo en mi mente; gotas de tiempos pasados nublan mis ojos y una tempestad de pensamientos me arrastran hacia ella. Pero no intento evitarlo, no intento aferrarme a mis sentimientos para alegarme de ella, no ¿Para qué? Si al final volveré a sus brazos, a sus daños, a su forma de hacerme saber que ya no soy nada entre sus manos. Y me volverá a arrogar al frío vacío de su indiferencia hasta que ella quiera volver a jugar conmigo; con mis sentimientos. Y volveré una noche más, otra noche de lluvia, a buscar otras noches; a buscar otras almas que no sean la mía; y volveré arrastrándome a ella para que me haga saber que ya no soy nada entre sus manos.      

lunes, 24 de octubre de 2011

COMO ME GUSTA.

Imagen sacada de google


Como me gusta el viento cuando agita tu pelo.
Como me gusta el eco cuando te grito un te quiero.
Como me gusta tu cuerpo cuando desnudo lo veo.
Como me gusta ver tu rostro llenito de deseo.
Como me gusta cada día despertar en tu senos.
Como me gusta saber que me duermo…
y cuando despierto; sigo durmiendo en tus sueños.

sábado, 22 de octubre de 2011

TRAS UNA MENTE TRASTORNADA.

Imagen sacada de google


El efecto de la inyección se va pasando, vuelvo a escuchar esa maldita voz, pero intento no hacerle caso. Miro a mi alrededor; sigo encerrado en esta sucia habitación; un pequeño rayo de luz se filtra entre las rejas de la ventana. Me gustaría poder asomarme por ella y ver el mundo exterior, pero está demasiado alta para poder mirar.
 Estoy sentado en el viejo catre; intento que la voz no sepa dónde estoy; me acurruco abrazando mis propias rodillas; no puedo dejar de pensar que todo está perdido; veo que una mancha en la pared (esa pared que una vez fue blanca) se va moviendo, volviéndose en una forma espectral no consigo distinguir qué es; seguramente sean producto de mi imaginación enajenada, ¡pero parece tan real! Me tapo la cara con las manos para que no me vea; la voz se ríe de mí. Tengo miedo, me balanceo y sigo sin mirar, quiero desaparecer y enrollo mi cuerpo cada vez más. Oigo la mancha que se va acercando; la oigo reptar por la pared, buscándome. Si dejo de respirar no podrá saber dónde estoy, pero la voz le grita que me encuentro en la esquina de la cama, que venga a por mí, que me mate, que me haga sufrir tanto como yo hice sufrir a aquella pobre niña; pero no fue mi culpa fue la maldita voz la que me obligó.
Miro a la mancha entre los dedos abiertos, pero sin quitarme las manos de la cara, y descubro que me está observando, se está riendo de mí o solo lo imagino. Yo me reía así cuando la di caza, escondida entre los muebles de su pequeña habitación, agazapada, con los ojos envueltos en lágrimas y suplicándome que no le hiciese daño.
La voz y yo nos reíamos mientras hacíamos sangrar su cuerpecito con aquella cuchilla afilada. La niña chillaba de dolor, yo odiaba oír sus gritos, pero la voz me decía que continuase, ¡tenía una voz tan dulce! Oigo en mi interior que la única forma de escapar es haciendo un agujero en la pared y comienzo a pegarme cabezazos contra ella, es la forma más rápida de abrir el hueco para escapar, pero la pared no cede; me duele la cabeza, la voz se ríe, los ojos se me nublan, la pared se está tiñendo de rojo; quizá esté consiguiendo romperla. Golpeo más fuerte, más fuete y caigo al suelo.
Estoy mareado, la mancha comienza a reptar por el suelo; me tiene atrapado. Estoy aturdido; entre una especie de neblina oigo abrirse la puerta; puede que esté salvado. Es el celador, pero no es el celador de siempre, es… la mancha que se ha materializado. Intento huir de ella y corro por toda la habitación, me subo por la cama; me oigo chillar como una niña, como aquella niña a la que yo maté después de torturarla durante un día entero, hasta que se quedó sin voz de tanto gritar, hasta que la voz decidió dejarlo; ya no era divertido si no podía escuchar su preciosa vocecita. Noto una descarga que recorre todo mi cuerpo y caigo al suelo, temblando. Noto cómo una aguja se clava en mi brazo; intento moverme, pero no lo consigo; noto que mi corazón se va calmando poco a poco.
Ahora sí está el celador de siempre a mi lado, sé que él me defenderá de la sombra y de la voz. Intento mirar a mi alrededor en su busca, aunque la cabeza me da vueltas y tengo la vista nublada, pero sé que la mancha no está. Siempre que mi celador aparece ella, huye aterrorizada. Me tumba en el catre y se queda a mi lado hasta que me duermo.
He sobrevivido otro día, aunque la voz sigue aquí, en mi cerebro, llamándola, pero también está cansada y se va silenciando hasta que me sumerjo en un profundo sueño donde me veo con la niña; veo sus grandes ojos verdes mirándome y su cara de terror, las lágrimas recorriendo su cara mientras ato sus manitas a la espalda. Incluso puedo volver a oír el ruido que hacían sus huesos al romperse.
No me gusta tener este sueño una y otra vez. Maté a la pobre niña por culpa de la voz; en momentos sé que fui yo solo el que la mató, sin ninguna ayuda. A veces tengo momentos de lucidez en los que sé que estoy loco.

***
Despierto; odio a todo el mundo y tengo unas ganas tremendas de matar a alguien. Tirado en la cama siento la ansiedad de hacer daño; quiero hacer daño y no me importa a quien. Entre estas cuatro paredes tengo poco que hacer, solamente pensar en formas de matar. Oigo una voz en mi interior, es una voz cobarde, que solloza, una voz mezquina. Me golpeo en la cabeza con los puños. Quiero sacarla de mi cabeza y acabar con ella, me gustaría destrozarla a golpes como al maldito celador que me pone la camisa de fuerza. Dice que es por mi bien, para que no me haga daño; qué le importará a él lo que yo me haga a mí mismo, si a mí me gusta infligirme dolor; así sé que estoy vivo.
Me dijo el doctor que la próxima vez que me hiciese daño me llevarían a una habitación acolchada y me doy cuenta que es donde me encuentro en este instante; aquí no hay ventana por la que pase el rayo de luz, la luz es artificial, una potente luz blanca que me ciega los ojos cuando la miro, incluso llega a doler y la observo fijamente hasta que me lloran los ojos. Pego puñetazos en las paredes, pero ni siquiera me hago sangre en los nudillos. Recuerdo cómo sangraba la niña y cómo chillaba. La voz me decía entre lloros que parase, que no la hiciese daño, pero no la hacía caso. Yo soy más fuerte que ella. Estuve más de doce horas torturándola; no pensaba que un cuerpecito tan pequeño pudiese aguantar tanto sufrimiento. A veces tengo momentos de lucidez y me arrepiento de lo que hice.
Tengo un plan preparado para atacar al celador; es más fuerte que yo, pero le cogeré por sorpresa. La maldita voz me dice que no lo haga, que él es bueno, que nos cuida, pero yo sé que después se ríe de mí, como se reía la niña cuando iba a verla al colegio. Me señala con su dedito y se lo decía a sus amigas, después lloraba y yo me reía.
Siento rabia, estoy nervioso, quiero salir de esta maldita habitación acolchada. Comienzo a dar vueltas golpeándome contra las paredes cada vez más rápido, cada vez más fuerte, hasta que caigo rendido y mareado y comienzo a gritar. Miro la luz que parece más fuerte aún.
Me duele la cabeza. La maldita voz parece que está cantando una nana. La misma nana que le cantaba a la niña mientras yo desangraba su cuerpo y la hacía gritar de dolor. No sé cuánto tiempo llevo metido aquí. Quizá lleve días o tan solo unos minutos, pero tengo que salir ya, necesito matar a alguien.
Oigo la puerta y me hago el dormido. El celador se acerca para comprobar mi estado y en ese momento aprovecho para lanzarme a él. Le intento agarrar del cuello, pero es más alto que yo y me cuelgo de él. La voz grita que le deje, que no le haga daño.
El celador intenta hacer que me suelte, pero le muerdo una oreja, oigo pisadas detrás de mí, noto un fuerte golpe en mi espalda y caigo al suelo. Veo que hay dos celadores, uno me agarra mientras que el otro saca una jeringuilla y me la inyecta en el brazo. Todo se nubla y pierdo el sentido.

***

Despierto en la consulta del doctor; está mirando mi historial, lo sé porque he visto mi nombre en la portada de la carpeta. Con sus gafas puestas en la punta de la nariz va pasando hojas y asintiendo con la cabeza. Veo la mancha que está detrás de él, mirándome. Intento moverme, pero estoy atado a la silla con unas cadenas. La mancha sube por encima de su cabeza y oigo la voz riéndose y diciéndome que es mi fin.
Me balanceo en la silla, tengo miedo y al final me caigo de espaldas; tumbado de espaldas, veo el techo; la mancha ha reptado hasta ponerse justamente encima de mí, parece que va a saltar sobre mí, pero en ese momento veo la cara del celador y comienzo a calmarme.
El doctor dice al celador que me suelte que no soy peligroso. Me mira a los ojos; tiene unos ojos despiertos; parece una persona inteligente y comienza hablarme, pero no presto atención. Miro la sala, es un cuarto bonito, con una gran ventana desde la que podría asomarme a la calle si fuese la de mi habitación; tiene una gran mesa de roble con los papeles colocados al lado derecho; en el lado izquierdo tiene una foto de su familia, tiene un niño pequeño muy guapo con el pelo rubio; se parece a su madre. En el centro tiene un pequeño cachivache con caramelos y un bote lleno de bolígrafos y abrecartas. El doctor llama mi atención; me dice que preste atención, que me está hablando; ve que estoy mirando a los caramelos y sonríe. Se levanta y sale de la habitación dejándome solo. Agarro mi historial y leo mi enfermedad:” bipolaridad psicópata con manía persecutoria”. Escrito a mano; al lado pone: “caso poco común”. Oigo la puerta abrirse y dejo los papeles en su sitio. El doctor se vuelve a sentar en su silla  y me mira mientras yo vuelvo a mirar los caramelos. Oigo que me dice que puedo coger uno. Me levanto, estiro la mano para coger un caramelo, pero cojo un abrecartas y la voz llora diciendo que por favor no lo haga.
Veo enfrente de mí la cara de la niña. Riéndose.  

viernes, 21 de octubre de 2011

¿Y SI MI NOVIA FUERA LADY GAGA?

Imagen sacada de google

¿Qué pasaría si mi novia fuese lady Gaga en lugar de llamarse María?
¿Sería algo parecido a ganar la lotería?
¿Dejaría de ir en tren para in en limusina?
¿No estaría preocupado por el precio de la gasolina?
¿Alguna diría que soy guapo y qué conmigo se lo haría?

Y no sé qué pasaría si ella fuese lady Gaga en lugar de llamarse María.
Pero lo mejor de todo es que no madrugaría.
Y me tiraría a la bartola por la noche y por el día.
Y recorrería el mundo desde Europa hasta Oceanía.
¡Qué alegría!

Pero, ¿qué pasaría si se llamase lady Gaga en lugar de llamarse María?
¿En las revistas de cotilleos habría una foto mía?
¿En el Sálvame de luxe alguien me entrevistaría?
¿Y la gente por la calle me reconocería?
¿Y sería un superventas mi libro de poesía*?

¿Y si fuese lady Gaga en lugar de mi María?
Tendría un problema con que ropa me pondría.
Y no me quiero imaginar que sastre me vestiría.

No sé lo qué pasaría,
pues ya estoy algo mayor para aguantar a una diva.
Y me gritaría en inglés, pero no la entendería.
A si, que, lady yo te digo: aunque seas “Archiconocida”
quédate tú con tus perros que yo me voy con mi María.

*Un poco de publicidad que siempre viene bien
       

jueves, 20 de octubre de 2011

LA SOMBRA.

La puerta se abrió sigilosamente; una sombra entró pasando inadvertida entre las luces de los coches que se filtraban en el interior de mi habitación.
El viento movía las cortinas; el aire bufaba entre  los cables de alta tensión.
Un ruido me despertó súbitamente. Notaba la cama empapada de mi propio sudor; era un día caluroso, pero una corriente de aire gélido proveniente de la propia estancia me heló hasta los huesos.
Vi la sombra que lentamente se acercaba; creí ver el brillo de sus ojos clavados fijamente en mí, observando todos mis movimientos. Pensé que era por el efecto del parpadeo de la farola de afuera, o quizás era por mi propia imaginación. Posiblemente, después de toda la noche, el MDA comenzaba a hacer efecto.
La sombra ya besaba una de las esquinas de la cama. Yo la miraba sin poder moverme, como si unos brazos invisibles me agarraran suavemente pero con firmeza, como si estuviese hipnotizado, como si no quisiese perderme ningún detalle.
La sombra seguía escalando mi lecho, lenta, muy lentamente, pero sin detenerse.
Quería cerrar los ojos, quería mirar hacia otro lado; no podía apartar la vista.
La sombra se acercaba más y más. Puso frente a mi cara lo que supuse era su cara, pues sentí su frío aliento en mi rostro.
De un rápido movimiento abrió sus mandíbulas, dejándome ver su interior, oscuro, negro como el mismísimo infierno.
Todo se nubló; perdí la conciencia.
Me veía a mi mismo cayendo a un oscuro abismo mientras miles de afilados cuchillos, cortaban y despedazaban mi cuerpo mientras sufría un inmenso dolor. No sé cuánto tiempo paso, quizás un minuto, quizás unas horas o quizás días.
Desperté entre gritos, pero enseguida me tranquilice a ver que todo estaba en calma. Me abracé al cuerpo que estaba a mi lado.
La farola lució un momento, un breve instante que me dejó ver que estaba abrazado a mi propio cuerpo; frío, inerte; la cara desencajada por el terror. Lo que antes pensé que era sudor, ahora sabía que era sangre. Mi sangre.
Yo soy la sombra.

miércoles, 19 de octubre de 2011

HAIKUS II



IX                                                                               X
Miro hacia atrás                                                          Viejos recuerdos
y todo es tan distante                                                   perdidos en otoño
que es solo un sueño                                                   entre hojas secas

XI                                                                               XII
Como agua clara                                                         Noches oscuras
es tu bella mirada                                                        en busca de tu cuerpo
en mi alma seca                                                           para descansar
                                                                                 
XIII                                                                            
Corazón roto,                                                          
alma mil días odiada,
placer eterno  

martes, 18 de octubre de 2011

ATRACO FRUSTRADO.

Tras el filo de aquella temblorosa navaja  se veían unos ojos de un hombre asustado. Seguramente un padre de familia que era la primera vez que atracaba a alguien; un hombre desesperado, sin trabajo, sin otra salida que ponerse a robar para poder dar de comer a sus hijos, pagar la hipoteca, etc… en resumidas cuentas, llevar algo de dinero a su casa.
Le miré a los ojos; la verdad, me daba pena verle temblando de aquella manera; era un pobre infeliz que había elegido mal a su primera víctima.
Muy despacio eché la mano a la parte trasera del pantalón, saqué mi  Beretta 84FS niquelada y apunté a su cabeza.
Una lágrima se derramó por su mejilla izquierda; pude ver en su rostro una mueca de terror mientras sus labios se movían frenéticamente balbuceando alguna palabra de arrepentimiento segundos antes de que vaciase el cargador completo dentro de su cuerpo.
Dejé una pequeña flor encima de su cadáver.
Quizá, debería haber aprendido que nunca se tiene que intentar robar a un asesino en serie cuando sale de cacería. 

lunes, 17 de octubre de 2011

LA CHICA DE LA PÁGINA Nº 13



Inspirado en la canción "La chica de la revista" de Boyz II men.



Aquella semana tenía turno de noche. Siempre he odiado ese turno, pues no hay nada que hacer y cualquier distracción que busques, a los cinco minutos termina cansando.
Pero aquella noche pasó algo extraordinario.
Mi compañera del turno de tarde se dejó olvidada una revista del corazón.  No es que me gusten esas revistas; no me parece lógico que una persona se haga famosa por acostarse con otro famoso, pero no tenía otra cosa que hacer. Abrí la revista por la primera página y fui pasando las hojas lentamente, mirando las fotos, pero sin hacerlas ningún caso hasta que llegué a la página trece; allí había una foto de la mujer más hermosa que jamás había visto. Era la imagen de algún perfume, o de alguna crema desmaquilladora, no me fijé muy bien.
Sus grandes ojos azules se clavaban en los míos, mientras yo con mi mirada recorría todo su cuerpo.
Me encontraba absorto mirando su cara, cuando de repente parpadeó; ¡No me lo podía creer! Pensé que era fruto del cansancio, pues no conseguí dormir bien aquella tarde; volví a mirar, y esta vez además de parpadear me sonrió con una sonrisa abierta, sus dientes eran perfectos y sus labios carnosos no me dejaban que apartase la vista de ellos. Su cuerpo comenzó a cobrar vida y a salir del anuncio; cuando me quise dar cuenta la mujer estaba sentada encima de la mesa mirándome fijamente. Se levantó, y despacio, muy despacio se fue acercando a mí poniendo su cabeza a escasos centímetros de la mía. Casi sin darme cuenta comenzó a besarme; sus labios estaban húmedos y su lengua caliente se movía con experiencia dentro de mi boca. Se sentó a horcajadas encima de mí, moviéndose sensualmente y desabrochándome los botones de la camisa, mientras me besaba el cuello y los parpados.
¡No podía ser cierto! la mujer más preciosa del universo me estaba haciendo el amor. ¡A mí!
De repente sonó el teléfono y desperté.
La chica seguía dentro de la revista, mirándome con sus preciosos ojos azules, y yo me había quedado dormido.
Todo fue un sueño. Pero lo que no logro entender, es cómo llegué a casa con el cuello de la camisa manchado de carmín.       

domingo, 16 de octubre de 2011

QUIERO LA ROSA ROSA.

El libro "Poemas de la calle" ya a la venta en amazon.es.
Este es el enlace para poder comprarlo:
 http://www.amazon.es/Poemas-Calle-Ra_l-%C2%A1lvarez-Qui%C3%92ones/dp/1447821610/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1318767429&sr=8-1

Aquí os dejo otro poema que se puede encontrar en el libro.
Un saludo.

QUIERO LA ROSA ROSA


Quiero la rosa, rosa
 de tu bajo vientre.

Quiero sentir tu cuerpo,
candente.

Quiero estar en tus adentros,
para saber que se siente.

Quiero amarte esta noche
para mañana perderte.

Quiero quererte,
tan fuerte,
que al sentir tanta pasión,
una gota de sudor,
se haga perla en tu frente.

Quiero recorrer tu cuerpo,
suave, suave, suavemente.

Quiero tener en mis dedos,
el planeta de tus senos,
viviendo eternamente.

Quiero probar la dulzura,
a la altura
 de tu cintura
Y probarla nuevamente.

Quiero llevarte a ese cielo,
cuando acaricio tu pelo,
y bajarte nuevamente.

Quiero que nos fundamos,
cuando los dos nos besamos
y perderme
en tu mente.

Quiero hacerte el amor
Esta noche, mañana…
Y siempre.

viernes, 14 de octubre de 2011

EL VISITANTE MALIGNO.





Hoy os dejo una reseña de un libro de terror, de lo mejor que se ha escrito últimamente. 
Echarle un vistazo, veréis como os gusta.


La historia  se inicia al Norte de Kuwait en 1991 durante la Guerra del Golfo Pérsico; Peter Donovan Teniente del Ejército de los Estados Unidos al mando de un grupo de soldados cae en una emboscada en el desierto de Irak y como consecuencia sucede una masacre. En ese lugar halla un amuleto que guarda en su bolsillo sin saber que encierra un poder oculto y a causa de ello; tiene su primer encuentro aterrador en un sepulcro bajo las arenas del desierto con un ser maligno que lo llevará al umbral de la muerte. 
Transcurren varios años luego de estos acontecimientos y Peter, después de abandonar el Ejército, se traslada a un lugar en los Estados Unidos  donde se establece y forma una familia. Peter se desempeña como Sheriff del pueblo y se reúne con algunos de sus vecinos los fines de semana para compartir en familia. Sus vidas transcurren con tranquilidad y felicidad hasta el día en que se les ocurre jugar con la Tabla Ouija  y utilizan el amuleto traído desde el desierto, abriendo sin querer, una entrada para que la maldad llegue a sus vidas; destruyéndolas, sembrando espanto y muerte. Fenómenos paranormales, posesiones espeluznantes y muertes trágicas crean un clima de suspenso y terror a esta obra. Toca el tema del exorcismo y la visión que tiene la Iglesia al respecto, así como la manipulación que se hace de estas situaciones. Problemas de índole mental que son utilizadas a conveniencia como métodos de propaganda y captación de fieles. Es una novela ágil, emocionante y llena de suspenso, que no se puede dejar a un lado, entretiene y mantiene un creciente interés por su desenlace. 
Pueden ver el book tráiler, leer el prólogo y los dos primeros capítulos en el blog:

jueves, 13 de octubre de 2011

HABLANDO CON EL DIABLO. (CONVERSACIONES EN EL CALLEJÓN II)

Imagen sacada de google

Un intenso olor a azufre me despertó. Estaba dormido apoyado en la pared, pero con la cabeza en el suelo, vamos, una postura muy rara. Un hilillo de saliva salía por la comisura de mi boca. Alcé la vista y frente a mí había un tipo colorado y pequeñajo. Comenzó a hacer un calor insoportable y me levante dando un brinco, poniendo la mano en mi propio vomito. El hombrecillo se reía, estuve a punto de darle un capón con la barbilla, pero me contuve.
 –Oye, ¿tú con qué te duchas? Hueles mal de cojones. –Le dije mientras observaba dos pequeñas protuberancias que salían de su cabeza. –Además, tu mujer te engaña, creía que lo de los cuernos era una forma de hablar, pero en tu caso veo que es literal.
Tras reírse como un poseso me dijo:
 –¿Tú crees que con este pedazo de rabo que tengo, alguna mujer me podría ser infiel? –Se bajo los pantalones y se dio la vuelta. Del final de la columna vertebral le salía una especie de cola que le llegaba hasta el suelo.
–¡El diablo! –grite.  
–¡¿Dónde?! –Dijo él, girando la cabeza ciento ochenta grados. – ¡Ahh!  Si soy yo.
Intente salir corriendo, pero algo me sostuvo en el aire.  –Suéltame, coño, que aquí colgado parezco tonto.
–No deberías intentar escapar del señor del mal, es de mala educación.
–Perdona, es que me he puesto nervioso ¿Qué quieres de mí?
–Veras, si consigo reunir cincuenta millones de almas en mi reino me regalan una tostadora y solo me falta una. La tuya.
–Pero, si acabo de hablar con Dios y me ha dicho que no iré al cielo, eso significa que voy al infierno ¿No?
–En teoría no, pues aunque te has portado bastante mal, no has hecho meritos suficientes para bajar al inframundo.
–La verdad es que tampoco estoy muy interesado en bajar al infierno. ¿Qué se puede hacer allí?
–Pues, podrás hacer lo que quieras, pero lo que más gusta son las partidas de twister  y de parchís que hacemos.
 – ¿Parchís y twister? ¡Joder! Casi prefiero oler a mierda en el cielo. ¿No hay nada más emocionante que hacer en el infierno?
–¡¿Más emocionante que eso?! Pero tú de donde sales.
–Yo pensaba que habría orgias y esas cosas.
–¿Orgias con el calor que hace? Tú estás loco.
–¿Bueno y que tendría que hacer para ganar los puntos que me faltan?
–Eso es fácil, solo tendrías que violar a un cura o a un ministro, o no pagar hacienda.
–Hombre, violar a un cura podría ser fácil, violar a un ministro también, si no me coge por la espalda y me viola él primero, pero ¡¿No pagar hacienda?! Eso es….
–Te entiendo, yo antes era una persona como tú. Bueno, como tú no, yo era normal. Tenía un negocio y comenzó a ir mal y deje de pagar y mírame ahora.
–Sí, te han dejado hecho una mierda. Eres más feo que Mick Jagger con resaca. Cuando naciste tu madre no te daba el pecho, te daba la espalda. El día que tu madre te dio a luz tu padre pensó que habían tenido dos placentas. Cuando eras niño….
 –Vale, vale, ya lo he pillado, soy muy feo. ¿Y qué? Conduzco un porche.
–Eres más feo que una rata depilada.
–Joder que pesado eres, que sí, que soy muy feo.
– bueno ¿Qué vas a hacer, entonces?
–Nada, no pienso hacer nada. ¿Qué quieres? ¿Qué me pase la eternidad jugando al parchís? Vamos no jodas.  –Mientras se daba la vuelta, me digo:
–Está Bien, la pasaras en el limbo.
–Eso del limbo no es una canción de Georgie Dann –le grité mientras se alejaba.
Girando la cabeza ciento ochenta grados y sin pararse, me dijo:
–La canción es el bimbó, gilipollas.
Hoy hace dos meses que tuve aquellos sueños. Voy andando por la calle, son las once y cincuenta y ocho de la noche y no me ha pasado nada, pero un coche sin control se dirige hacia mí.
  

miércoles, 12 de octubre de 2011

HABLANDO CON DIOS.(CONVERSACIONES EN EL CALLEJÓN I)

Imagen sacada de google

Había sido una noche loca; perdí la cuenta de las copas de whisky, las rayas de coca, los porros y las anfetas que me tomé.
Cuando desperté me encontraba en un callejón oscuro como mi alma; al fondo divisaba a una persona que se acercaba hacia mí. Me encontraba sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la pared y un charco de vomito a mi lado. Intenté  levantarme, pero no pude. Al llegar el hombre a mi altura me dijo:
–Lázaro; levántate; anda–. Y me levanté.
Con un dolor de cabeza increíble le pregunté:  
–¿Tú, quién coño eres, y Cómo sabes mi nombre?
Haciendo la señal de la cruz en mi frente, me contestó:
–Soy el señor.
–¿El señor qué?
–Soy Dios.
–¡¿No jodas?!
–Sin joder pario la virgen. A mi hijo.
–Y ¿Cómo te llamo de tú o de usted?
–Deberías llamarme majestad, pero llámame como quieras.
–¿Majestad? ¿Cómo a los reyes magos?
–Tú, eres un cachondo, me parece a mí.
–Perdona, digo, perdone, es que es la primera vez que hablo  con un famoso y estoy un poco nervioso, pero bueno, ¿Qué es lo que quiere de mí?
Después de mirarme de arriba a abajo y poner cara de asco, me contestó:
–Vengo  porque llevas muy mala vida y tienes que remendarte, pues si continuas así, bebiendo, drogándote, robando, saliendo con mujeres malas y lo peor de todo, escuchando música tecno house, rave y su puta madre, no tendré más remedio que prohibirte el paso al cielo el día que mueras; que por cierto, dentro de dos meses te pillara un coche y te matara.
–¡Joder! Qué forma tienes de dar las noticias ¿Nunca has pensado en presentar un telediario?
–Sí, y tú podrías hacer monólogos, ¡no te jode! Bueno, que no te enrolles. ¿Qué opinas de lo qué te he dicho?
–¡Coño! ¿Qué quieres qué opine?, pues que la voy a palmar y todavía no he plantado un libro, ni he escrito un árbol, ni nada de nada.
–digo de cambiar de vida para poder ir al cielo, eres un poco corto, me parece a mí.
–Pues la verdad, en este país es costumbre cagarse en tu nombre y creo que tu reino debe oler a estiércol. Además seguro que en el infierno me encuentro con algún amigo. Creo que me quedo como estoy.
 –Está bien, si eso es lo que quieres, amen. –Se giró y desapareció por el callejón.
Yo, busqué mi charquito de vomito y me volví a sentar al lado de él.

martes, 11 de octubre de 2011

EL TAXIDERMISTA.

El taxidermista se encontraba frente al que podría ser el trabajo más importante de su carrera. Era un encargo que le reportaría mucho dinero y seguramente, un nombre en su oficio, pero no encontraba la forma de realizar la empresa.
Tenía frente a él a la mujer más hermosa que jamás habían visto sus ojos, pero no encontraba la postura para disecarla.

lunes, 10 de octubre de 2011

FRANCOTIRADOR.

Imagen sacada de google

Te observo;
te tengo vigilado.
No has tenido suerte.
Esta noche te ha tocado.

Hoy he tirado un dado
y tu número era el dos.
Vete rezando a tu dios,
pues tu juego se ha acabado

Hoy es la definitiva,
hoy termina tu partida.
Ves escribiendo…
una carta de despedida

Te tengo en el punto de mira.
Un punto rojo en tu cabeza.
Daré en el blanco con certeza
en ti, descargare mi ira.

Pide tu último deseo
y fuma el último cigarro,
pues hoy acabo contigo,
vas a caer en el barro.

Una bala en tu frente.
Nadie te llorara.
Y en tu lapida pondrá…

muerto por gilipollas.

viernes, 7 de octubre de 2011

HISTORIAS DE UN INÚTIL.

Imagen sacada de google

Mi madre siempre decía que inútil es una palabra muy fea (eso sí, cuando te descuidabas te llamaba gilipollas), porque todo el mundo servía para algo. Lo que mi madre nunca supo, fue que su hijo era un verdadero inútil y lo descubrí cuando tan solo contaba con seis años; el primer día que empecé el colegio.
Creo que lo mejor será que empiece a contarlo desde el principio:

El primer día de colegio me metieron en una clase llena de niños como yo y una señora que tenía la misma cara que las brujas de los cuentos.  Al verla comencé a llorar y la mujer, que todos los niños llamaban señorita, me cogio en brazos; yo pensaba que me iba a comer, pero no lo hizo, me sentó en una sillita rodeado de otros niños y éramos el arbolito rojo (nunca en mi vida de seis añitos había pensado que pudiese ser un árbol, pensaba que era un niño)bueno, que era un árbol y además rojo, pero no me duró mucho la alegría, pues en menos de una hora vinieron a buscarme para llevarme a otra clase donde me esperaba otra bruja que también me cogio en brazos cuando me puse a llorar y tampoco me comió. Ya no sabía si lloraba por el miedo a las brujas o por que ninguna de ellas me quería comer. Cuando me sentaron en mi mesita ya no era ni un niño, ni un árbol, era una estrella y encima verde (Jo, yo quería ser un árbol) después de un tiempo (Yo pensaba que habían pasado días, ya nunca más volvería a ver a mi madre, me había vendido a un grupo de brujas) entre pinturas y canciones que no entendía que significaban, nos mandaron al recreo y en ese mismo momento fue cuando me di cuenta de lo que era, se me había olvidado mi bollo en la otra clase y no podía ir a buscarlo por si estaba la bruja sola. Me quede sin comer, con hambre, llorando, mientras los demás niños se comían su bollo y seguramente alguno se comió dos, el suyo y el mío.
Después de eso tengo algún recuerdo vago de algunas cosas, como tener que llevar el pañuelo atado al bolsillo del babi, aunque creo que era para no perder el babi no el pañuelo, comer pinturas, plastilina y cosas por el estilo. Por lo demás fue un tiempo bastante normal hasta el día que  me llevaron al colegio de los mayores y allí comenzó la gran odisea de mi vida.
Pero eso ya es otra historia.

jueves, 6 de octubre de 2011

MUNDOS PARA-LELOS.

¿Qué pasaría si el mundo en el que vives, en realidad, no existiese? ¿Si todos tu seres amados fuesen solo una ilusión? ¿Si nada fuese lo que parece?

Esta es la historia de Melquiades Saltarranas, un abogado disléxico  y drogadicto.
Un día, Melquiades se despertó de madrugada, tenía unas ganas de orinar terribles y se levantó para ir al servicio. Al pasar por la ventana del salón una fuerte luz le cegó por un instante. Con la mano sobre su frente se acercó a la ventana e intentó escrutar el exterior; lo que vio le dejó perplejo.
En la calle no había nada, y cuando digo nada es que no había nada; no existían las calles, ni la acera, ni había coches aparcados; solamente había oscuridad, una gran oscuridad. Y en medio de la oscuridad una potente luz blanca, que incluso le quemaba los ojos.
Salió corriendo a mirar por la ventana de su habitación, que estaba en dirección opuesta a la del salón.  Se veía exactamente lo mismo, una gran nada, y en medio, la potente luz.
Miró hacia lo que él creía su derecha; la imagen era la misma, y siempre la luz justo en el centro.
Retrocedió dos pasos hacia atrás. El corazón parecía que se le iba a salir del pecho; era el el Armagedón; el fin del mundo.
Se sentó en la cama un momento, se tapó la cara con las manos, moriría y no no se había redimido. –¿Y si era en realidad el apocalipsis? Jamás iría al cielo, le esperaba pasar la eternidad expirando sus pecados en el averno.
Decidió que si debía morir lo haría con la frente bien alta. Se levantó de la cama y se acercó a la ventana a esperar su fin.
Miró por la ventana; todo había vuelto a la normalidad, allí estaba la calle, con sus coches aparcados pegados a las aceras, pero la luz, aunque con mucha menos fuerza, seguía luciendo; entrecerró los ojos para ver mejor  y se dio cuenta que provenía de una farola; miró a la izquierda y vio que allí había otra farola. El corazón comenzó a palpitarle más despacio, parecía que todo había vuelto a la normalidad. Se tumbó en la cama, miró la bolsita se setas de encima de la mesilla y cerró los ojos.
Mañana lo dejaría.  
  
Cuando se encontraba profundamente dormido, una potente luz inundó la instancia completamente.  

miércoles, 5 de octubre de 2011

LIVING IN VALLECAS.



Chavales que sueñan con ser futbolistas.
Gente que cierra un trato dándose la mano.
Donde lo más importante es el ser humano.
Un barrio de esos que llaman comunista.

Filósofos de barras de la cuarta copa.
Noches desveladas por cantos de sirenas.
Cenicientas que saben que nunca serán princesas.
Obreros que madrugan para ganarse la sopa.

Donde quedan muchas barreras por derribar
Las personas sueñan con ser algo más
y se hacen favores sin preguntar.
Así es mi barrio… y no lo pienso cambiar

Un lugar con mucha necesidad y pocos caprichos
Donde las personas saben dónde viven
algunos son destruidos por los sueños que persiguen
y de banda sonora una canción de los chichos

martes, 4 de octubre de 2011

DESDE MI POSICIÓN.


Este micro fue publicado en el libro "Deseos humanos" del II certamen de microrrelatos sobre cine "Arvikis- Dragonflay". A ver si os gusta.
Un saludo.



Desde mi posición he visto a Charles Chaplin comerse una bota, a Buster Keaton correr detrás de una locomotora, he visto a Humphrey Bogar decirle a Sam que la vuelva a tocar, he visto a Vivien Leigh jurar que nunca volvería a pasar hambre, he visto a Sylvester  Stallone  coser su propio brazo, he visto a Michael J. Fox ir y venir del pasado, he visto a Meg Ryan fingir un orgasmo, he visto a Tom Hans hablar con un balón, he visto risas, lagrimas, miedos, intrigas, pero lo que siempre ha llamado mi atención eran esos chavales que se daban su primer beso en la fila de los mancos. ¿Qué quien soy yo? Alguien en quien tú nunca te fijaste; yo era el acomodador del cine de tu barrio.



LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...