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miércoles, 31 de agosto de 2011

LA GRAN AVENTURA ...

Hola, buenas tardes, noches, días a todo/as. Estaré un tiempo sin colgar nada, pues he decidido estar un tiempo dedicándome a la meditación trascendental (Vamos, que voy a estar tocándome los huevos unos días).
Sed buenos, no comáis muchos dulces y seguid escribiendo.

Por si a alguien le interesa, dejo un enlace con la historia completa de “La gran aventura del nota” y si algún osado u osada, es capaz de leérselo entero y quiere dejar algún comentario que lo haga en esta misma entrada.( La siguiente entrada comenzaría en la pagina 17)

Unos besazos y unos abrazos “pa tos”

La gran aventura del “Nota

martes, 30 de agosto de 2011

LA GRAN AVENTURA DEL "NOTA" VII y VIII

Hoy doble capitulo, como en la tele.



6. Más malas noticias.


   Monté a Alfonso en el asiento del copiloto y yo me senté en el del conductor.
   Metí la llave en el contacto y la giré, pero no hizo nada. Miré por debajo y vi que tenía los cables sueltos.       Otra vez se lo habían robado y por como olía, alguien se había meado dentro. Junté los cables para hacer contacto y con el que sobraba di un golpe para arrancar (Las cosas que se aprenden de pequeño nunca se olvidan). El coche arrancó a la primera.
      Para tener más de veinte años y tres o cuatro robos, no estaba muy mal de motor.
      Paré en el bar, que ya estaba cerrando.
     –Ricardo-. (Me gustaba llamarle así porque sabía que le jodía)  –ponme una botella de ese mata ratas que tienes por ahí.
   –“Nota”, no me llames así, sabes que no me gusta –me dijo mientras cogía la botella de encima de la estantería – ¿Has encontrado a Alfonso?
   –Sí, le tengo en su coche durmiendo el morao que lleva. Le llevo a mi casa.
   –Pues, después de irte tú han venido dos tíos preguntando por él también. Me han dado mala espina y les he dicho que no sabía por dónde podría estar. Me dieron un recado para él. ¿Cómo era…? Ah sí, que “Chino” le estaba buscando.
   –Y ¿Cómo eran esos tíos? ¿Venían trajeados? ¿Eran unos armarios de dos metros?
   –No, uno era más o menos como tú de alto, pero en fuerte y el otro un poco más bajito, pero más cachas.
   Parecían sudamericanos por el acento y vestían con chándal de marca y grandes collares y anillos de oro.   Espero que sean amigos suyos, porque esos tíos tienen que dar unas ostias como panes.
   Cogí la botella y mire la etiqueta. “Dowarts” (eso no se lo bebían ni en el salvaje oeste, pero cuando no hay dinero te tienes que conformar). Deje los diez euros encima de la barra
   – ¡Ey, “Nota”, espera!
   –Tranquilo Ricardo, quédate con las vueltas –le dije todo orgulloso de dejarle el cambio.
   – ¡Qué coño vueltas, si me tienes que dar dos euros más! Y no me llames Ricardo ¡Joder!
   –Está bien –metí la mano en el bolsillo, aunque sabía que no iba a encontrar nada. –Oye apúntamelo que ahora mismo no tengo suelto. R-I-C-A-R-D-O.
    Agarró un vaso y me lo lanzó. Estuvo a punto de darme, pero lo conseguí esquivar a duras penas.
   –Te apunto los dos euros y el vaso. Ya me debes más de veinte euros. Voy a tener que mandarte unos matones para que me pagues.
   Hice una mueca intentando que pareciese una sonrisa, pero más bien me salió cara de asco. Ya me había olvidado de los matones y me puse nervioso recordando la corbata colombiana. No debe ser agradable morir así, pero por lo menos no me matarían como a los chivatos, con el miembro en la boca.


7. Esperando a las chicas.


   Monté en el coche dirección a mi casa. Alfonso se despertó. Parecía más despejado. Aparqué el coche justo detrás del mío. Me bajé y me dirigí a sacar a Alfonso del coche que salió por su propio pie, aunque casi se cae.
   Estaba un poco más sereno, pero seguía dando bandazos. Él se tumbó en el sofá y yo en el sillón; me vi en el reflejo de la televisión apagada. Estaba hecho una pena y decidí darme una ducha. Ya debería de tener costra y esta noche podía pasar cualquier cosa. Teníamos bebida y dos preciosas mujeres vendrían a mi casa.
   Una hora más tarde llamaron a la puerta. Los dos nos habíamos dormido. Me levanté del sillón y me dirigí a la puerta. Oí un coche que salía toda velocidad haciendo rueda. Pensé que era otro niñato dejándose tres euros de neumático en la carretera solo por vacilar con alguna niña.  Abrí la puerta y no había nadie.  Seguramente fuese algún gracioso que ya se había cansado de tener el dedo en el culo y no tenía nada que hacer.
   Cerré la puerta y volví al sillón a esperar que llegasen las chicas. Pronto me quedé dormido.

lunes, 29 de agosto de 2011

LA GRAN AVENTURA DEL "NOTA" VI

5. Amor a quemarropa.

   Fui a encontrarme con Alfonso en la barra. Cuando llegué estaba Sandra tomando una copa al lado de él, que estaba dormido.
   Sandra me saludó con esa cara picara que ponía cundo no quería dormir sola. En ese momento se acerco mi amada con una sonrisa que dejaba ver sus preciosos dientes blancos; enseguida bajé la vista para mirar sus tetas. Se colocó junto a Sandra, le dijo algo al oído y las dos comenzaron a reírse.
   –Mira “Nota”, esta es Mónica, es nueva en el local.
Ella se acercó y me dio dos besos. Sabía a sudor y a maquillaje; me gusto su sabor. Noté un cosquilleo en la entrepierna. Es lo que hace el amor.
   –“Nota” ¿Sabes qué Alfonso me ha pedido que me casé con él?
   –No le hagas mucho caso, esta borracho perdido.
–Pues le he contestado que me lo iba a pensar ¿Sabes?
   El vaso se me escurrió de las manos; sentí dos frustraciones. Una: que podría perder un polvo seguro.
   Dos: Se me había caído la copa entera y Alfonso estaba dormido con la cabeza dentro de un cenicero y no me podía pagar otra.
   –Creo que deberíamos irnos –dije a las chicas.
–Tómate otra copa, yo te invito –era la voz de Mónica.
   Hasta ese momento no había escuchado su voz y de repente entendí lo que sintió el tipo de la película de  Ulises al oír a las sirenas. Su voz era como música para mis oídos.
   –Está bien, me tomo otra y me llevo a Alfonso a casa. Está demasiado borracho para conducir.
   Me tomé la copa mientras hablaba con Mónica de cosas sin importancia. Sus ojos se seguían clavando en los míos y su sonrisa resplandecía en todo el local.
   – ¿Por qué no vamos a tomar la penúltima a mi casa? –Dije sin acordarme de que en casa no tenía nada de beber.
   –Todavía nos queda una hora para terminar nuestro turno, pero si quieres cuando terminemos vamos nosotras  ¿Qué te parece Moni?
   Mónica me miró y se ruborizó asintiendo con la cabeza.
Me alegré de que dijese que sí y mi entrepierna mucho más. Notaba en mis pantalones que quería dar saltos de alegría.
   Metí la mano en la chaqueta de Alfonso para buscar las llaves del coche.
   Aparte de las llaves encontré un billete diez euros. Me vendría bien para pasar por el bar de “Ricky” a comprar una botella de agua de fuego. Agarré a Alfonso como pude y subí las escaleras con él.
   Al pasar por la puerta el negro me dio una colleja que casi nos hace caer al suelo. Me giré y poniendo la voz grave que pongo para intentar acojonar le dije:
   –Tienes suerte de que me tenga que llevar a este hombre a casa, si no te iba a dar una paliza que te iban a tener que reconocer por los dientes, mamón.
   Me giñó un ojo –un día de estos vas a pagar todas tus tonterías. Tienes suerte de que Alfonso me cae bien. Anda, vete de aquí y que no te vuelva a ver en una temporada.
Me acababa de ganar otro enemigo.

domingo, 28 de agosto de 2011

LA GRAN AVENTURA DEL "NOTA" V

4. La chica de sus sueños. 

   Alfonso se dio la vuelta y se puso a mirar a la bailarina. –¿Ves a esa chica? Algún día será la madre de mis futuros vástagos.
   Me giré; en la pista estaba bailando Sandra; una rubia de larga melena, generosos pechos y un culo contundente con la que yo me había enrollado alguna que otra vez. Hacia una cosa con la lengua que no he visto nunca hacer a otra chica.
   –Vale, me parece muy bien, pero no he venido a hablar de tu futura ex mujer. Quiero que me cuentes en qué lío me has metido ahora.
   – ¡Ay, amigo! Que te he metido en un lío es un poco relativo, pues ¿No es más cierto qué ya en el mismo momento en que nacemos no sabemos la vida que nos deparara el destino? Pues si al nacer estuviese marcado nuestro sino, ¿lucharíamos por conseguir nuestras metas?
   –No me vengas con filosofadas y dime en qué andas metido. Han venido dos matones a hacerme una visita esta noche y me han contado no sé qué historia de un sobre con dinero que tu les has robado y piensan que lo tengo yo.
   – ¡Ah ¿Es por eso?! No es nada; es un trabajo que hice para unos individuos. Un tema de drogas. Solamente me cobré mi comisión.
   –Y ¿puedo saber cuál fue tu comisión? Estaban muy mosqueados, mira como me han puesto la cara.
   –Nada, solamente seis mil euros.
– ¡¿Seis mil euros?! Espero que tengas el dinero todavía.
   –Pues la verdad es que he invertido parte de ese dinero.
– ¿Qué has invertido el dinero? ¿En qué? ¿En bolsa?
   –En bolsa no,  aunque habría sido una buena idea. Lo he invertido en whisky y en putas.
   – ¡Me cago en la madre que te pario! Y ¿Cuánto te has gastado en putas?
   – Entre unas cosas y otras, cerca de mil euros.
Agaché la cabeza; no sabía si reírme o estamparle el vaso en la cabeza, pero hacía mucho tiempo que no disfrutaba de un buen whisky y no hice nada.
   –Bueno, ¿Y, qué piensas hacer para devolver el dinero? –Le pregunté, ya más relajado.
   – ¿Yo? Absolutamente nada; el dinero me lo he ganado yo, y además ellos tienen mucho, no les hace falta.
   –No sé cómo vas a sacarme de esta, ni como me has metido, pero yo no quiero tener problemas con “camellos”. Anda, invítame a otra copa.
   Levantó la mano y el camarero preparó otros dos whiskys. Miré a la pista; en ese momento salió a bailar una chica que no había visto nunca. Era morena, con un cuerpo que ni siquiera había soñado en mi vida, pero lo que más resaltaba de ella eran sus ojos. Unos ojos verdes como las esmeraldas que había visto alguna vez por la tele.
   Se movía con una sensualidad y una dulzura que no parecía de este mundo; mucho menos de este barrio.
   La mayoría de chicas bailaban con cara de asco, enseñaban las tetas y se iban corriendo a la cabina para volver a bailar mientras los salidos se tocaban. Ella no, ella disfrutaba bailando.
   El hielo de la copa se derritió antes de lo previsto (seguramente por el calor de mi nano) cuando volví a beber sabia a agua y lo apuré de otro trago justo cuando la chica dejaba de bailar.
   –Oye, déjame cinco euros en monedas, ya te lo devolveré –dije a Alfonso, que ya llevaba demasiadas copas encima y se estaba distrayendo mirando el hielo de su whisky.
   – ¡Como flota! La voy a pedir que se case conmigo.
– ¿Qué Dices? –pregunte, pues creía qué no le había entendido bien.
   –Que voy a ir a hablar con ella para que se case conmigo. Camarero, pon otra copa a mi amigo.
   El camarero sirvió otra copa y le di un trago.
– ¿Con quién, tío? Déjame cinco euros y luego habla con quien quieras.
   Metió la mano en el bolsillo, sacó un puñado de monedas y las dejó encima de la barra.
   – Tú… tú serás mi padrino. Te quiero mucho, amigo.
   –Vale campeón, yo también te quiero. No te vayas, enseguida vuelvo –agarré las monedas y me dirigí a las cabinas.
   Cuando entré en la cabina ya llevaba medio baile. Eché la moneda y la cortina metálica subió. Estaba en la cama giratoria, agachada, apoyada en las manos. Su mirada era vacía hasta que se puso de cara a mí.   Entonces sonrío (siempre había pensado que las chicas no podían ver a través de los cristales).
   Sus ojos verdes se clavaron en los míos. Era como si Cupido hubiese vaciado el cargador de su AK 47 en mi corazón. Me había enamorado.
   La cortina bajó. Cuando volví a echar otra moneda ella ya no estaba y salí de la cabina. Había un hombre esperando para entrar; por como se le veía no necesitaría más monedas para acabar. Estaba colorado como un inglés en Mallorca.

sábado, 27 de agosto de 2011

TRABAJANDO UN SÁBADO POR LA TARDE.

Y no hago nada; solo observo.
Y no hago nada; nada hago.
Y como no tengo que hacer…
mato moscas con el rabo.
No, la verdad, no lo tengo tan largo.
Y como no tengo que hacer…
me pongo a soñar despierto.
Y no hago nada; y sueño.
Y nada hago; nada.
Y me pongo a pensar…
que será peor mañana.

LA GRAN AVENTURA DEL "NOTA" IV


3. El gorila del striptease.

   El local de striptease no estaba lejos, pero la lluvia arreciaba cada vez más. Llegué al garito como un pollo.
   El gorila negro con el que ya había tenido algún problema taponaba la puerta.
   Intenté pasar por una pequeña rendija que quedaba entre él y la puerta, pero de un manotazo me echó un metro hacia atrás.
   Me miró de arriba abajo. – ¿Dónde crees que vas con esas pintas?
   –Pues adentro, a ver bailar a tu hermana.
El gorila sonrío enseñando unos dientes blanquísimos.
   –Mi hermana hoy libra, payaso, pero ya le diré que puede ir a verte al hospital.
   Se acerco hacia mí; me tapé la cara con los brazos para intentar parar todos los golpes posibles, cuando escuché salir una voz de dentro del local.
   –Willy, déjale pasar, es amigo mío.  
Miré entre la apertura de mi defensa de mal boxeador y vi a Alfonso; sonriendo como siempre que tenía dinero.
   El negro se apartó a un lado poniendo cara de perdonarme la vida. Pasé por su lado y amagué que le lanzaba un puñetazo, pero ni pestañeo. Mientras bajábamos las escaleras vi como Alfonso se iba tambaleando por el efecto del alcohol. 
   Entramos en el local y nos pusimos en la barra de espaldas a las chicas. Alfonso pidió dos whiskys con hielo.
   Por lo menos tendría algo para pasar el mal trago que me esperaba.

viernes, 26 de agosto de 2011

LA GRAN AVENTURA DEL "NOTA" III

2. Buscando a Alfonso.

   Cogí el teléfono y llamé a su casa. Nadie contestó; miré mi reloj, eran más de las doce, seguramente estaría en el bar de “Ricky”.
   Me vestí; vi que apestaba a sudor y me eché un buen chorro de desodorante. Me miré en el espejo. Entre la barba y el moretón que tenía del puñetazo parecía un mendigo. Me peiné un poco el pelo y la barba y salí a la calle.
   No se veía un alma; hacía un frío de mil demonios y además amenazaba lluvia.
   Abrí la puerta del coche; metí la llave en el contacto y la giré. Estaba sin batería. Me había dejado la radio puesta todo el día. Salí del automóvil y me dispuse a andar. De repente comenzó a llover. Tendría que andar por lo menos diez minutos bajo la lluvia; esperaba no coger un resfriado.
   Empapado hasta los calzoncillos llegué al bar. Me acerqué a la barra. “Ricky” se encontraba limpiando vasos con un trapo que alguna vez fue blanco. Al verme se acercó a mí.
   – ¡Hombre, cuánto tiempo sin verte! ¿Qué es de tu vida? ¿Dónde te metes? ¿Te pongo una cerveza? ¿Prefieres un whisky?  Estas hecho una pena.
   –No, no me pongas nada. No tengo dinero. Estoy buscando a Alfonso ¿Le has visto últimamente?
   –Sí, ha estado esta noche por aquí, gastando dinero a espuertas. Incluso ha invitado a una ronda a todos, pero ya se ha ido. Seguramente esté en el striptease de arriba. Cuando tiene dinero se pasa allí las horas muertas, pagando copas a las chicas. Pero ¿para qué le bus…?
   Salí del bar dejando a “Ricky” con la palabra en la boca. Cuando se pone a hablar no hay quien le pare.
   En la calle seguía lloviendo y se filtraba el agua por los agujeros de las suelas de mis zapatos.
   La noche se iba poniendo cada vez mejor.

jueves, 25 de agosto de 2011

LA GRAN AVENTURA DEL "NOTA" II

seguimos con la historia del "Nota"


1. La visita de los matones.


   Estaba tranquilo en mi casa, bebiendo una cerveza (no tenía dinero para comprar una botella de bourbon) tirado en el sofá, viendo la tele y rascándome los huevos.
   La barba llena de migas de patatas fritas, tres días sin ducharme y sin peinarme.
   De repente, un par de tíos reventaron la puerta y entraron dentro con bates de beisbol. 
   Me sorprendí gritando como una niña asustada. Intente componerme; quise poner  una voz grave para intimidarlos, pero los tíos de dos metros de alto por dos de ancho con un bate en la mano no se asusta tan fácilmente
   – ¿Quiénes soy vosotros y qué queréis?–Pregunté.
   –Tienes algo que pertenece a mi jefe; y más te vale que no lo entregues si no quieres despertar con una corbata colombiana –dijo el más bajito, aunque era el que daba más miedo. 
   –No sé de qué coño estáis hablando, yo no tengo nada de nadie.
   Recibí un puñetazo en la cara que me hizo caer nuevamente al sofá.
   –No te hagas el tonto con nosotros o lo pagaras caro. Sabemos que Alfonso te dio un sobre con dinero para que lo guardases. 
   –Hace un par de meses que no veo a Alfonso, no me ha podido dar nada.
   Otro puñetazo en el estomago me dejó de rodillas y sin aire.
   –Dentro de dos días volveremos, y queremos todo el dinero, si no, date por muerto.
   Mientras intentaba respirar les miré a los ojos. Hay dos cosas que me joden mucho, y una es que me den puñetazos en el estomago.
   –Tenéis suerte de que estoy cansado, si no, os iba a dar una paliza que no ibais a valer ni para muertos, gilipollas.
   Los dos se miraron sin saber de qué hacer conmigo; después me miraron a mí.
   –No lo olvides, dentro de dos días, si no… –el alto hizo un gesto pasándose el dedo por el cuello.
   Me quedé de rodillas en el suelo; pensando en qué lio me había metido esta vez Alfonso.

miércoles, 24 de agosto de 2011

LA GRAN AVENTURA DEL "NOTA"

Aquí comienza un relato corto por partes. Todos los días colgare un episodio para que sea un poco rápido.
No es porque lo haya escrito yo, pero no os perdáis la gran aventura de este simpático vago, no os defraudara.
Un saludo.



¿Quién es el “Nota”?



   Me llamo José Manuel Millás Arias, pero si me llaman así ni siquiera me vuelvo. Normalmente tengo que pensarlo cuando tengo que dar mi nombre verdadero.
   Me llaman “Nota”, como el protagonista de la película del gran Lebowsky. Aunque la verdad, nunca la he visto. Me llaman así por mi parecido físico y por mi forma de vida. No trabajo, vivo de una pequeña compensación económica que me da el estado por la cara y mal vivo como puedo. Tengo treinta y tantos años y no he hecho nada en la vida y espero que siga siendo así. Se puede decir que soy un verdadero vago.
   Nunca he sido un hombre con demasiada suerte en esta vida, más bien todo lo contrario. Cuando no me busco problemas, son ellos los que me buscan a mí.
   Pero esta vez fue diferente. El problema era de mi mejor amigo y nos vimos involucrados los dos.
   Lo que voy a contar, aunque sé que es difícil de creer, es una historia real; es tan real cono que me pasó a mí.
Intentare contarla lo más fielmente posible. Espero no dejarme nada en el tintero.

   Aquí empieza la verdadera historia. Todo lo que hayas oído, todo lo que hayas leído; incluso, todo lo que te hayas inventado, olvídalo, pues fue así como ocurrió:  

martes, 23 de agosto de 2011

MÁS TIEMPO PASA; MÁS.

Imagen sacada de google


Más segundos pasan; más.
El segundero martillea en mi cerebro.
Segundos interminables en los que espero.
Con su tic tac, acompasado y lento.

Más minutos pasan; más.
La manecilla parada; yo… desespero.
Minutos interminables que no te veo.
Con su pequeño tic que se hace eterno.

Más horas pasan; más.
La aguja me mira y ríe por dentro.
Horas interminables en las que muero.
Y con el último tac, por fin te encuentro. 

lunes, 22 de agosto de 2011

FUMETAMAN. EL ORIGEN.

Dibujo realizado por Raúl A Q

Bartolo Cifuentes Payá andaba por la calle en dirección de la tienda de comic en busca del último episodio de Ultímate Spiderman, donde se decía que Spiderman moría.
Al doblar la esquina vio a los que hacía unos años, en el instituto, le pegaban y ultrajaban constantemente. Lo único que le hacía ser fuerte era leer comic mientras se fumaba un petardo. Soñaba con ser como sus héroes para algún día darles una paliza a aquellos chicos que le trataron tan mal de adolescente, pero allí estaban y nada había cambiado. Todavía le tocaba correr cuando se topaba con ellos y esta vez no iba a ser diferente.
Intentó darse la vuelta antes de que a viesen, pero ya era tarde.
–Eh, Barbobo (así era como le llamaban, aparte de sopla nucas, maricón, enclenque, y cosas por el estilo) –ven hombre, que no te vamos a hacer nada –dijo el que siempre había sido el cabecilla.
Bartolo se acercó a ellos, aunque sabía que un par de collejas no se las quitaba ni Dios.
Al llegar a su altura, uno de los chicos se levantó y se colocó detrás de él.
–Barbobo, ya te has echado novio –dijo el cabecilla. Los demás comenzaron a reírse.
–No creo, con lo feo que es no le quieren ni los salidos –dijo otro de ellos riéndose a carcajada limpia.
– ¿Pe… pe… per… perr… pero, pero to… pero, todd… pero, todavi… pero todavía, pero todavía er…   pero, todavía err… pero, todavía eres, eres vir… eres vir… eres virgen? –Preguntó uno de ellos, que no destacaba precisamente por su facilidad de palabra.
–No, la perdí con tu hermana la puta –dijo Bartolo, aunque sabía qué o empezaba ya a correr o la paliza que iba a recibir seria de antología.
Todos se levantaron al oír la contestación que había dado a su amigo el “Charlas” y no iba a quedar impune por hablar así a uno de los suyos.
Bartolo dio dos pasos hacia atrás, topándose con el tío que tenía detrás que intentó agarrarle;  Bartolo se libro de él y comenzó a correr. Todos le seguían de cerca y él iba notando que fumar tantos porros le había hecho perder el fondo físico y además tenía flato.
Se metió por un callejón sin salida. Los matones le acorralaron contra la pared.
Bartolo se tapó la cabeza con los brazos y cerró los ojos esperando el primer puñetazo. De repente notó un golpe en el oído. Comenzó a oír un zumbido en su cabeza y cayó inconsciente.
Se sumió en un profundo sueño en el que se veía disfrazado  de uno los componentes de la patrulla X. dándoles una paliza a los cinco matones, que salían volando a cada golpe que les daba, levantándolos como si fueran papel y lanzándolos contra las paredes.
Se despertó. Le dolía todo el cuerpo, pero dentro de lo malo todavía podía moverse. Miró a su alrededor y vio a cuatro de los cinco chicos tirados en el suelo.
Se sacudió la suciedad de la ropa. No sabía cómo, pero había conseguido derrotar a sus archienemigos y les había dado una buena tunda.
Salió de allí esquivando los cuerpos maltrechos de los matones y se dirigió a su casa.
A parte de los dolores que tenía, se sentía bien; más fuerte y más ágil.
Encendió un cigarrito de la risa mientras caminaba. Ahora debería saber que súper poderes tenía. Miró fijamente una pared para ver si su vista lo traspasaba, pero solo conseguía ponerse bizco. Después pensó que tal vez podría traspasarla y corrió a toda velocidad hacia ella. Un segundo antes de llegar a ella se detuvo en seco. Los dolores no le dejaban concentrarse; otro día lo probaría, de momento solo intentaría cosas fáciles. Miró una lata vacía tirada en el suelo.
Se concentro todo lo que pudo para hacerla levitar, pero solo consiguió que se desplazase a un lado, pero era un buen comienzo. Súper fuerza ya sabía que tenía por la paliza que había propinado a sus némesis.
Llegó a su casa y se tumbó en la cama; le quedan muchas cosas por probar, pero estaba cansado; dormiría un rato y después probaría si podía cambiar el clima, y lo más importante para él. Ver si podía volar.
Se echo a dormir pensando en lo que iba a cambiar su vida. Necesitaría un traje. Y lo más importante. Necesitaría un nombre.
Pero eso ya, es otra historia.
           
        

domingo, 21 de agosto de 2011

TODO POR MI PRINCESA.

Una gota de dolor
resbala por tu mejilla.
¿Por qué me lloras mi niña?

Lloro por sufrimiento,
porque no existe ese cuento
de hadas y caballeros.

Lloro por este mundo
de violencia y de despecho.
Yo no sé qué es lo que he hecho
para tratarme tan mal.

No llores más niña hermosa
pues de tu alma rebosa
todo el amor que me das.

Yo seré tu caballero
matare ese dragón negro
que te quiere atormentar.

Construiremos un castillo
allá donde juegan los niños
y no sufrirás nunca más.

La sonrisa de tu cara
será el filo de mi espada
con la que voy a luchar.

Viviremos felices
ya no habrá días tristes
ni problemas que afrontar

Y ahora dime una vez más.
¿Por qué me lloras mi niña?
Lloro de felicidad.

viernes, 19 de agosto de 2011

HE NACIDO PARA ESTO.


Estamos todas tumbadas unas encima de otras; por suerte ahora ya no tengo nadie encima y puedo respirar tranquila, pero lo siento por mis hermanas que está abajo del todo.
Sumidas en una profunda oscuridad; una rendija de luz se va filtrando; poco a poco la rendija se va haciendo más grande hasta que la luz nos baña la mitad del cuerpo; me agarran de la pierna  y me sacan al exterior. A mis compañeras las vuelven a encerrar; aplastan mi cabeza contra el lateral de la jaula donde me tenían encerrada; es áspero y rugoso; me arrastran  la cabeza de arriba a abajo rápidamente y mi cabeza se prende fuego ¡Dios, que dolor más insoportable!
Mi pequeño cuerpecito arde enseguida, quiero apagarme, pero no tengo manos ni brazos; el fuego pronto llegara a mi pierna; unas fuertes sacudidas me apagan, me sueltan y caigo en el suelo.
Tengo poco más de medio cuerpo completamente calcinado y estoy arrugada, pero, ¿Qué puedo hacer? He nacido para esto.   

jueves, 18 de agosto de 2011

MI CABEZA ES UN TALEGO.

Mi cabeza es un talego.
Es una trena.
Mis neuronas cumplen pena.
Otra vez me he puesto ciego.

Me doy de nuevo a la bebida.
No es que te intente olvidar,
ni que me quiera matar.
Es que me gusta la priba.

Whisky, ginebra, cerveza.
Bebo de todo, todo me gusta.
Ser un borracho, no me asusta.
Ser normal me da pereza.

miércoles, 17 de agosto de 2011

EL SICARIO DE SATÁN.

El teléfono sonó cinco veces; el reloj marcaba las 6:06 – ¿Quién podría llamar a estas horas? –Pensó mientras se levantaba; al sexto timbre descolgó.
Una voz profunda salía del otro lado de la línea. –Necesito hacer una limpieza y me han dicho que usted es el mejor. Debemos vernos mañana en el parque Paris a las 02:22 en punto. Siéntese en un banco y mire el reloj tres veces.
Cuando iba a preguntar quién era, colgó.
Pasó todo el día intranquilo por la llamada. Esa voz a través del teléfono no le transmitía  confianza, pero el dinero de su último trabajo se estaba acabando.

6 de Junio de 2006

Era una noche oscura y fría. Envuelto en su gabardina se sentó en el primer banco que vio.
No había un alma por el parque.
A las 02:22 miró su reloj; levantó la vista; no se veía a nadie, todo estaba en silencio; volvió a mirar el reloj; las farolas parpadearon un instante.
Pensó que alguien le había gastado una broma. Esperaría cinco minutos más y se iría a casa.
Miró nuevamente la hora un segundo antes de que el minutero cambiase.
Un olor extraño pasó por su nariz; levantó la vista. Delante de él había un hombre mayor y desarrapado. El hombre sonrió enseñando unos dientes negros como la noche.
–Buenas noches, Fernando –dijo el hombre –sabía que no faltarías a la cita.
Nadie conocía su verdadero nombre ¿cómo este hombre al que no había visto en su vida lo sabía?
El hombre se sentó a su lado; volvió a percibir ese extraño olor; esta vez pudo distinguir que era azufre.
 –Tengo un trabajo para ti que te reportara un gran beneficio.
– ¿De cuánto estamos hablando? –Fue la primera vez que habló.
–De la inmortalidad.
Pensó que era un loco que se había escapado de algún centro psiquiátrico –y ¿A quién debería matar? –Preguntó, siguiéndole la corriente.
–Al enviado de Dios en la tierra.
– ¿Al Papa? –Preguntó sorprendido.
–No, el Papa no es nadie; no es nada, solo un simple mortal. –Deberás matar a un bebe neonato.
–Pero, eso significa matar también a la madre.
–Son daños colaterales –dijo el hombre sonriendo.
–Yo no hago esos trabajos, solo mato a quien se lo merece.
– ¿Y tú cómo sabes qué no lo merecen? –Preguntó el hombre.
–Me da igual que lo merezcan o no; no pienso hacerlo.
El hombre comenzó a reírse con una risa que helaba la sangre; las farolas parpadeaban rápidamente. –Creo qué no lo entiendes, no te puedes negar, tu alma me pertenece.
El hombre posó la mano sobre su cabeza.
Por su mente pasaron todos los asesinatos que había cometido, dejándole un fuerte dolor de cabeza y una sola palabra “Inmortalidad”
Quizá sería un pequeño sacrificio si podía conseguir ese bien tan preciado por el ser humano.
–Está bien ¿Quién es esa mujer?
–Lo sabrás a su debido tiempo.
El olor a azufre volvió a surgir de la nada; todo se nubló y el hombre desapareció ante sus ojos.

Despertó en su cama con dolor de cabeza y empapado en un sudor frio. Todo había sido una pesadilla.

9 de Septiembre de 2009
Andaba por la calle; ya no recordaba aquel sueño que había tenido unos años atrás.
Una mujer embarazada pasó por su lado sonriéndole. Un niño se paró a su lado –es ella.
De los ojos del muchacho salieron llamas y desapareció.
Se giró y salió tras la mujer; echó la mano a su espalda para comprobar que llevaba el arma consigo.
La calle estaba abarrotada de gente, debería esperar el momento oportuno.
Siguió detrás de ella hasta que entró en un portal. Metió el pie entre la puerta antes de que se cerrase y sacó la pistola; allí estaba ella; mirándole con cara de sorpresa.
Disparó cinco veces contra el vientre de la mujer que cayó al suelo.
Se acercó a ella; apuntó a su cabeza y disparó.
Salió a la calle pensando qué había matado a una mujer solamente por un sueño.

Carta enviada el día  6 de junio del 3006

A quien pueda interesar:

Vivo en el año 3006, pero naci en el 1975. Te preguntaras cómo es posible; la explicación es muy simple; soy inmortal.  Pero ya estoy cansado, muy cansado.
Hace mil años pensé que era lo mejor que me podría ocurrir. Pasar décadas, siglos viviendo sin envejecer, pero no puedo más. Quiero morir; ya no soporto más este mundo que es así por mi culpa. Yo maté al elegido; por culpa mía reina el averno en este mundo; por mi culpa somos esclavos del mal.
Soy el sicario de Satán.
Por favor Dios ayúdame. Ayúdame a morir.     

martes, 16 de agosto de 2011

SOLO TE HE SOÑADO.

Me gusta tu cuerpo.
Me gusta tocarte.
Me gusta sentir tu calor.
Me gusta enamorarte.

Te quiero abrazar fuertemente.
Te quiero sentir en mis brazos.
Te quiero oír que eres mía.
Te quiero tener muy despacio.

Anhelo besarte en la boca.
Anhelo sentir tus caricias.
Anhelo mirarme en tus ojos.
Anhelo saber que me miras.

Muero por saber qué me quieres.
Muero por estar a tu lado.
Muero por oler tu perfume.
Muero… Porque solo te he soñado.

domingo, 14 de agosto de 2011

CUANDO SUENA LA SIRENA.


Sonó la sirena y empezó el trabajo, era su primer día y no sabía muy bien que tenía que hacer.
Andaba de un lado a otro esperando que le mandasen hacer algo
Pero nadie se percataba de su presencia.
Fue a la oficina para hablar con el encargado, pero ni siquiera levantó la vista.
De repente te dio cuenta de todo al escuchar hablar a dos de sus compañeros.
–Pobre chaval, era su primer día y no llego a acabar la jornada; se le cayó una plancha en la cabeza que lo mató en el acto, Sergio creo que se llamaba.
Él se llamaba Sergio, se tocó la cabeza y notó que estaba aplastada.
Desde hace dos años, cuando suena la sirena Sergio comienza a trabajar. Hoy es su primer día. 

viernes, 12 de agosto de 2011

QUISIERA SER NORMAL POR UN MOMENTO.

Imagen sacada de google


Quisiera ser normal por un momento.
Dejar de estar loco y salir de aquí dentro.
No tomar esas pastillas que me roban los sueños.
Caminar por mi ciudad para ver sus monumentos.

Subirme a una montaña para gritar lo que siento
y sentarme en algún parque para ver pasar el tiempo.
Pero me tienen retenido, a una cama sujeto.
Desvarío, monto en cólera y hago daño a quien más quiero.

Y quisiera ser normal por un momento.
Que no me pongan la camisa cuando me pongo violento.
No escuchar más esas voces que retumban en mi cerebro,
qué me dices que me mate para ahorrarme sufrimiento.

Hablar con la gente y que sepan que estoy cuerdo
Y escuchar cantar los pájaros cuando hacen su concierto.
Pero me tienen retenido, a una cama sujeto.
Desvarío, monto en cólera y hago daño a quien más quiero.

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