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viernes, 30 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE MUNDO PROFUNDO VII (FINAL)

Y para terminar el año termino con las "historias de mundo profundo" espero que os haya gustado.
Un abrazo y feliz año nuevo.

****

Hormel llegó hasta Serina, la ciudad del poder. Todos en esa ciudad conocían la historia
de la piedra, pero nunca nadie había conseguido bajar de la montaña con vida, pero sabía que su espada, su alforja y él bajarían intactos. Lo sabía desde el mismo instante en que vio a su bestia terminar con Sorana con una simple orden suya. El Armiol era un animal fuerte e inteligente.
Le dio pena ver morir a Sorana pero ya se lo había advertido y Hormel era un hombre de palabra. –No vuelvas a engañarme, o por Falet que acabare con tu vida.
Pronto descubrió porque la montaña de la Pena se llamaba así; una gran tristeza se apoderó de su alma; nunca había llorado, pero se le hizo un nudo en la garganta, no tenía ganas de continuar andando pero su bestia empujaba de él para subir a la cima.
A escasos metros de la cima una saeta le rozó la oreja haciéndole un profundo corte del que manaba un chorro de sangre, el pequeño Armiol se puso nervioso, el olor a sangre humana le excitaba.
Pesadamente Hormel se dio la vuelta y vio que Sorana se acercaba cojeando y maltrecha; andaba despacio y parecía que estaba llorando.
La bestia comenzó a gruñir, estaba dispuesto a abalanzarse sobre ella, pero un cansado gesto de Hormel le detuvo. Sorana se sentó a unos cien metros de Hormel que mando a su mascota que fuese a por ella.
Sorana sacó su falcata al ver acercarse a la bestia, pero se le cayó de las manos sin fuerzas, el animal se acercó a ella y comenzó a lamerla las manos. Sorana se agarró como pudo al cuello de la bestia y el Armiol cargó con ella hasta la posición donde se encontraba Hormel.
Llorando le pregunto por qué la intento matar, pero Hormel no contestó, sentía una un profundo pesar por lo que había hecho, intento pedir perdón, pero las palabras no salían de su boca.
Se agarró al animal y le ordenó que subiera hacia arriba. Poco a poco iban recuperando su estado de ánimo, según se acercaban a la cima. Se soltaron del animal y continuaron a pie con las fuerzas renovadas. Subieron a la cima; la piedra brillaba con todos los colores; Hormel la cogió con las dos manos mientras una falcata brillaba antes de teñirse de sangre.  
La piedra se le escapó de las manos cayendo por la montaña y haciéndose mil pedazos mientras el Armiol se lanzaba al cuello de Sorana, apretando hasta que dejó de respirar.
El animal se tumbó junto a su amo, mientras aullaba mirando a la luna.  

jueves, 29 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE MUNDO PROFUNDO VI

Se quedó impresionada al ver la magnífica estatua del dios Sudok,
Mediría unos dieciséis pies de alto, era de oro macizo y sostenía el su mano una esmeralda del tamaño de un huevo de avestruz.
Trepó por la estatua hasta llegar a la gran mano ayudándose con su daga, se apoderó de la piedra preciosa y la metió en la alforja.
Al llegar al suelo escuchó un crujir metálico a su espalda, se giró y en ese mismo momento la estatua de oro cobró vida.
Sorana armó su arco con una saeta y disparó, la flecha rebotó en la escultura como si le hubiese caído una miga de pan.
Colocó otro dardo en el arco, apuntando al ojo, pero obtuvo el mismo resultado que el anterior.
El dios estatua avanzaba hacia ella a grandes pasos, sacó su espada mientras retrocedía.
Sudok lanzó una mano intentando golpear a Sorana, pero esta la esquivó echándose al suelo, intentó clavar su espada en el pie de la estatua, pero solo consiguió arañar un poco el oro.
Dos guardianes que escucharon el ruido entraron en el templo a la carrera; al ver a la estatua moviéndose se quedaron asombrados, se arrodillaron y comenzaron a rezarle. Sudok fue hacia ellos y los pisó con su pie derecho, dejándolos aplastados contra el suelo y sin vida.
La mujer aprovechó ese instante para correr hacia el interior de la sala llegando al pedestal donde antes descansaba la estatua. Vio una inscripción en la que antes no se había fijado: “Una piedra me da la vida, la….” El dios llegó a ella rápidamente y lanzó un puntapié, pero Sorana se movió deprisa y solamente la rozó en el costado. Lo suficiente para dejarla un momento sin aire. La mujer intentó recuperar la respiración, la estatua soltó un puñetazo que Sorana esquivó con dificultad. El golpe creó un socavón en el piso, haciendo temblar todo el templo.
Las paredes comenzaron a agrietarse, los pilares se derrumbaban, todo el templo parecía que se iba a venir abajo.
Sorana volvió a encontrarse frente al pedestal: “una piedra me da la vida, otra me la quita”.
El gigante dorado saltó al lugar donde se encontraba la mujer, pero pudo pasar entre sus piernas; al girarse nuevamente observó que la estatua tenía un rubí del mismo tamaño que la esmeralda, en el omoplato derecho.
El templo se iba desmoronando poco a poco, los pilares caían uno a uno. Sorana escaló por uno de ellos y de un salto felino se colocó en el hombro derecho de la estatua. El gigante dorado daba vueltas sobre sí mismo intentando quitarse a la mujer de encima. Sorana tuvo que agarrarse fuertemente para no caerse y con la punta de su falcata hizo palanca sobre el rubí haciéndolo saltar de su sitio. El dios se quedó parado y comenzó a caer a la vez que se desquebrajaba el ultimo pilar del templo.

martes, 27 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE MUNDO PROFUNDO V

Era noche cerrada; corría un fuerte viento del este; Hormel seguía el camino que llevaba a Bidós. Le hervía la sangre; Sorana le había vuelto a engañar, no le gustaba hacer daño a las mujeres, pero ella era el mismo diablo.
A dos millas de la entrada de Bidós, le salieron al paso tres Animols.
Los Armiols eran una especie de animal mitad pantera, mitad oso,
Eran  grandes como osos, pero ágiles como panteras y muy feroces.
Se pusieron los tres obstruyendo el camino, mientras le gruñían.
Hormel sonrío con su sonrisa ladeada, estaba muy enfadado y había encontrado contra quien descargar su rabia.
Los tres animales le rodeaban mientras Hormel sacaba su espada.
Las bestias intentaban oler el miedo, pero el miedo no existía en Hormel.
Veía los ojos brillantes de los animales y sus grandes colmillos blancos.
Uno de ellos se acercó a él y le levantó sobre sus patas traseras poniendo su hocico a escasos centímetros de su cara, echándole el aliento en el rostro, el pestilente aliento. Eso hizo enfurecer aún más a Hormel que clavó su espada entre las costillas del animal  haciéndole caer al suelo redondo. Antes de sacar la espada del animal, otra de las fieras se lanzó contra él tirándole contra el piso, desarmado, el Armiol intentaba morderle el cuello, pero Hormel con un movimiento rápido le agarró de las mandíbulas y haciendo un esfuerzo sobrehumano se las arrancó de un solo tirón, se levantó rápidamente.
El último animal daba vueltas alrededor de él, gruñendo, tenía miedo, pero tenía más hambre.
Hormel sacó la espada del primer Armiol y se puso en guardia esperando el ataque. La bestia hacia los círculos cada vez más estrechos y Hormel giraba siguiendo los movimientos del animal.
El Armiol se detuvo un momento y miró hacia un lado, se oía algo parecido al llanto de un bebe. Hormel saltó sobre la bestia y hundió su espada en el lomo del animal, este se puso de pie dando un tremendo alarido y haciendo caer al hombre de espaldas.
Los lloros del niño cada vez eran más fuertes, Hormel se acercó y vio que no era un niño, si no una cría de Armiol. Hormel levantó su espada para acabar con el pequeño animal, pero le vio la carita y le dio pena.
Saco un mendrugo de pan y un trozo de cecina de jabalí y se lo dio al animal. Después de devorar con avidez la comida se acercó al hombre y le empezó a lamer la mano. Aunque acababa de matar a toda su familia el animal mostraba signos de cariño. Hormel le acaricio la cabeza un momento y reanudo su viaje, la pequeña bestia le seguía unos metros por detrás. Hormel vio que le seguía, le espero a un lado del camino. El Armiol se pegó a él y continuaron los dos juntos el camino a Bidós. Era el comienzo de una gran amistad.

viernes, 23 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE MUNDO PROFUNDO IV


Despertó y ella no estaba,
Sorana se había vuelto a ir, y esta vez se llevó su alforja. Salió por la ventana, pues no le dejo ni dinero para pagar la habitación.
–¡Maldita zorra!- Otra vez le había robado y esta vez le enfureció de verdad.
Sorana se dirigía a Bidós siguiendo el mapa, todavía quedaba mucho para llegar a la piedra.
Al llegar a Bidós vio el templo del gran Salir, el sumo pontífice, el rey supremo del país.
Contaba la leyenda que en el centro del templo se hallaba una estatua del dios Sudok; era una estatua de oro macizo que en su mano sujetaba una gran esmeralda, esa esmeralda, ¡Por Falet!, que sería suya.
Hormel iba en una carreta de unos mercaderes de lanas que se dirigían a Porvell; le dejarían en el reino de los Holós, desde donde seguiría a pie hasta Denin.
El sol caía desde lo alto, calentando levemente. Hormel se quedó dormido un instante.
Le despertaron unos gritos que provenían del margen de la carretera; unos bandidos atacaban a los mercaderes. Saltó de la carreta, empuño su espada y atacó.
El primer bandido se encontró sorprendido con una estocada por la espalda que le salió por el estomago, al segundo ni siquiera le dio tiempo a girarse cuando recibió un puñetazo en la cara que le hizo caer al suelo, Hormel levantó su espada por encima de su cabeza con la punta hacia abajo y la bajó con furia contra el cuerpo del bandido.
El tercer ladrón se arrodilló frente a él suplicando su perdón.
Hormel nunca mataba a nadie que suplicase por su vida, pero unos de los mercaderes no pensaba lo mismo. Agarró un bastón y le golpeó en la cabeza hasta que quedó tumbado en el suelo, con la cabeza postrada en un charco de sangre.
Hormel se subió a la carreta y continuaron su viaje hacia Holás.
Cayó la noche; Sorana estaba escondida tras los arbustos que rodeaban el templo. Colocó una flecha en el arco y la lanzó contra el vigilante de la puerta clavándosele en el corazón. Agarró el cuerpo inerte del guardia y lo metió entre los arbustos, le quitó las llaves y abrió la puerta.
Cuando entró se quedó impresionada al ver las riquezas que allí se encontraban.
Había oro y diamantes por todas las habitaciones del templo.
Abrió la alforja de Hormel y comenzó a echar en ella todos los objetos de valor.
Allí estaba; enfrente de ella; la estatua del dios Sudok.
   

jueves, 22 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE MUNDO PROFUNDO III

Dedicado a Elysa, que parece ser a la única persona que le gusta esto.
Un besazo.

Sorana notó su propia espada en el cuello. Oyó una voz que le dijo:
–Te he estado buscando por todo Mundo profundo, ¿sabes?
Se giró despacio; la voz le resultaba familiar. Delante de ella estaba Hormel; de pie con su falcata en la mano y con cara de pocos amigos.
Ella sonrió y le invitó a sentarse en su mesa; él  se sentó y se sirvió una jarra de vino.
–Tienes algo que me pertenece ¿Dónde está mi mapa? sabes que es mío –dijo Hormel, mientras se llevaba la jarra a la boca.
Sorana clavó sus ojos azules en los negros de Hormel.
–Deberías tener cuidado cuando te acuestes con alguien que apenas conoces. No todas las personas son buenas –contestó ella, –ahora el mapa es mío y la piedra también será mía. No me gustaría tener que matarte; me caes bien.
Mientras discutían, un hombre corpulento se acercó a ellos y apoyándose en la mesa le dijo a Sorana:
–Rubia ¿Por qué no dejas a este despojo humano y te vienes conmigo y mis tres amigos a nuestra mesa? –Nosotros te daremos lo que te hace falta, bonita.
Sorana sonrío; le cogió la mano y con un rápido movimiento le rompió la muñeca, haciéndole caer al suelo.
Antes de que pudiese levantarse le dio un rodillazo en la cara que le dejó tumbado.
Los compañeros de mesa que lo habían visto todo, se levantaron y fueron a por la chica. Agarró su falcata, se puso en posición de defensa y miro a Hormel.
–¿No me piensas ayudar? –Le gritó mientras comenzaba a luchar contra el primero.
Hormel seguía sentado; apurando su vino y viendo la pelea con cara divertida.
Sorana metió un palmo de falcata en el pecho de su contrincante y le empujó contra los otros, haciéndoles caer al suelo. El resto de personas de la posada comenzaron a reír haciendo enfurecer aun mas a los dos hombres que se abalanzaron sobre ella con más fuerza. Hizo un movimiento y esquivó a uno de ellos quedando detrás de ella; el otro hombre intentó clavar su daga, pero ella se agachó y clavó la espada en su estomago, dejándole con las tripas fuera y cayendo hacía atrás.
El último hombre levantó su cimitarra para asestarle un golpe en la cabeza, pero Hormel sacó su espada y le atravesó las costillas, mientras seguía bebiendo de su jarra.
Sorana se sentó de nuevo en la mesa y pidieron comida, trajeron un cochinillo y dieron buena cuenta de él.
Después de comer y de mucho beber se fueron a dormir juntos. Baco se apoderó de sus almas y pronto quedaron dormidos.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE MUNDO PROFUNDO II

Imagen sacada de google


Se encaramó a un Sauce milenario desde donde se podía divisar el reino de Konglol.
Les tenía pisándole los talones y necesitaba un poco de margen para poder disparar su arco.
Era perseguida por un pequeño grupo de Eslibes, que querían recuperar la corona de la diosa Ceribel.
Fue robada la noche anterior, mientras todos dormían y lo peor de todo; se la robó una mujer.

Los Eslibes son humanos pero de baja estatura y con los brazos un poco más largos, pero grandes luchadores y grandes estrategas en las guerras.

Apuntó al corazón del rastreador y soltó la flecha. La saeta hizo blanco y salió por la espalda del guía.
Los otros perseguidores se quedaron desconcertados sin saber desde dónde había disparado. Formaron un círculo para intentar encontrar a la ladrona.

Era la mejor arquera de su tierra y seguramente la mejor de todo Mundo profundo.

Silbó otra flecha y se incrustó en el ojo de uno de ellos, rompiéndole el cráneo. El hombrecillo cayó inerte como un árbol recién cortado.
Puso otro dardo en el arco y lo lanzó contra los Eslibes, acertándole a uno de ellos en la pierna izquierda, haciéndole saltar y romper el círculo.
Ató su cuerda a una flecha y la lanzó contra un árbol haciendo una liana y pasando por encima de sus cabezas con su falcata en la mano, cortando miembros y cabezas a mansalva.
Subida a otro sauce vio como los pocos Eslibes que quedaban salían corriendo; rezando a su diosa para que les perdonase la vida por no poder recuperar la corona.
Bajó del árbol, recogió la cuerda y las saetas perdidas, y las devolvió al carcaj.
Cruzó el bosque de las Ánimas perdidas a paso rápido; no quería encontrarse con nadie más por el bosque y estaba anocheciendo.
Llegó al reino de Konglol pasada la media noche; busco una posada para dormir. El día había sido muy largo.
Se sentó en una mesa mientras los hombres la miraban con ojos de deseo.
–Una mujer como tú, no debería estar sola, a estas horas, en un sitio como este –dijo el posadero, mientras dejaba una jarra de vino sobre la mesa. Le miró con cara de odio y el posadero retrocedió asustado.

Es rubia, 1´80, pecho voluminoso, se llama Sorana y es una ladrona, pero busca algo, busca una piedra, una piedra con todo el poder.
Una mujer sola en la noche solo puede encontrar problemas.
Sorana no tiene  miedo a ningún hombre; tampoco tiene miedo a ningún dios.
Es la mejor arquera de su tierra; seguramente de todo Mundo profundo y usar la falcata tampoco se le da nada mal.    

martes, 20 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE MUNDO PROFUNDO

Esta historia consta de siete capítulos y este es el primero, espero que os guste:


CAPITULO 1

Se llama Hormel y viene de lejos; de muy lejos.
No es un guerrero, o por lo menos nadie le enseñó a luchar, pero él aprendió.
En este mundo o aprendes a luchar o aprendes a morir y a él no le apetecía morir.
Busca una piedra; una simple piedra que tiene todo el poder concentrado en ella.
Solo sabe que aún se encuentra muy lejos de ella.
Se halla en el reino de Brarna. Reino de  los Brarnos; unos seres de dos metros, peludos y con poca inteligencia, pero muy salvajes.

Solo lleva su espada y una alforja de piel de cabra. El único recuerdo que guarda de su madre.
Ella murió siendo muy niño. Los Lordos la mataron después de violarla y torturarla durante semanas.
Él fue esclavo del sumo sacerdote de Lordia, hasta que con dieciséis años clavó una daga en su corazón y logró escapar, no sin antes robar el mapa donde estaba escondida la piedra y una espada  con esmeraldas incrustadas en el mango y acero del país de Surmo, que se decía que era el mejor acero de mundo profundo.

Pero los caminos de esta tierra son peligrosos y un hombre solo es buena presa para  los Brarnos cuando tienen hambre.
Andaba por los bosques de Flerca cuando cuatro Brarnos le salieron al paso.
–Humano, suelta tu espada y prepárate para ser devorado –gritó uno de ellos, que parecía ser el jefe.
Hormel los miró uno a uno y sonrío con esa sonrisa ladeada que presagiaba que algo iba a ocurrir.
Los Brarnos le rodearon. Sus únicas armas eran unos garrotes, pero con su fuerza sobrehumana  eran capaces de arrancar la cabeza de un hombre de un solo golpe.
Hormel sacó su espada lentamente mientras se movía en círculos, esperando el primer ataque. No tardó mucho en llegar; uno de ellos se abalanzó hacia él girando el garrote sobre su cabeza. Cuando soltó el primer golpe Hormel lo esquivó con un rápido movimiento de cintura y clavó su espada en la garganta del monstruo, lanzando un grito desgarrador que retumbó en todo el bosque.
Otros dos fueron hacia él. El primero recibió una estocada en el estomago haciéndole caer de rodillas mientras el segundo soltaba su garrote con rabia. Hormel solamente dio un paso lateral. El garrote le rozó el brazo y terminó incrustado en el cráneo del Brarno arrodillado; se giró sobre sí mismo y de un golpe certero cortó la cabeza del segundo Brarno.
El jefe salió corriendo pero Hormel lanzó su espada con todas sus fuerzas, clavándose en la espalda del hombre-animal.
Agarró su espada, la limpió y volvió a sonreír con su sonrisa ladeada.

Los caminos de Mundo profundo son peligrosos, pero Hormel no teme a nadie, ni a nada.
Quizá no sea un guerrero, pero él aprendió a luchar.
En mundo profundo o aprendes a luchar o aprendes a morir. Y a él no le apetece morir; al menos todavía.

domingo, 18 de diciembre de 2011

MAÑANA COMIENZO DE CERO.

Billete modificado por Paco P  (Gracias Paco)

¡YA HE LLEGADO A LA ENTRADA NUMERO CIEN! Y para celebrarlo, me voy a tomar un Whisky a vuestra salud.
Gracias por continuar leyéndome, tanto a l@s que comentáis, como a los que no.
Besos y abrazos para  tod@s.


Ando despistado; como casi siempre.
Buscando algún guiño y reír de repente.
Porque hoy ya no pienso en tenerte.
Hoy, ya no muero por verte

Un hombre gordo con hábito negro
intenta venderme un trocito de cielo
¡¿Para qué coño lo quiero?!
Si cuando muera iré derechito al infierno.

Miro, remiro, suspiro y me piro.
Esta noche por fin ya no sueño contigo.
Esta noche sin falta me pego otro tiro.
Esta noche, en mi coche, por fin me suicido.

Y miro, remiro, suspiro y me voy.
No entiendo siquiera si fui, o si soy.
Ya se ha acabado mi vida por hoy.
                            
Mañana comienzo de cero.

viernes, 16 de diciembre de 2011

ARSÉNICO SIN COMPASIÓN


Imagen sacada de google


–Y, ¿cómo dice qué se llama? ¿Arsenio? Pues en mi pueblo había un vecino que se llamaba igual, pero le llamábamos el tira cabras, se puede imaginar porque. ¡Ah, arsénico!
Y, ¿usted creé qué con una botellita tendré para acabar con mi suegra? Mire que mi suegra pesa ciento cincuenta kilos y ciento vente son de mal genio.
–Me llevare dos botellitas por si acaso.
Se colocó en la fila de caja. Mientras esperaba pacientemente su turno, vio a su suegra pagando una caja de botellitas y salir de la tienda con una sonrisa.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

YO TAMBIÉN ME QUIERO.

Hoy no tenia pensado colgar ninguna entrada, pero dando una vuelta por Internet me encontrado con esto:

Haber quién adivina de quien es este relato.
Me he quedado sin palabras. Y encima le hago publicidad jeje 

martes, 13 de diciembre de 2011

CINCO LATIDOS

Imagen sacada de google


Uno:
Todo se derrumba en un segundo.
  Mi alma se deshace con cada recuerdo tuyo,
porque tú eres una flor y yo… solo un capullo.
   Meteré en una saquito los suspiros de este mundo

Dos:
 Ando abandonado por calles abandonadas.
  Las bolsas de basura son mis únicas amigas.
Mi razón; ya sin razón, lo único que me abriga.
  Contra mis sentimientos la emprendo a patadas.

Tres:
Para conseguirte un clavelito maté a uno de la tuna,
  Pues quiero que tu techo sea mi lecho.
Lo malo que te podría hacer ya te lo he hecho.
  Robare para ti un gramito de luz de luna

Cuatro:
Busco las estrellas entre tanta polución,
 Y solo veo farolas con bombillas fundidas.
La verdad, no me esperaba tu carta de despedida.
  Y secuestrarte ya no me parece que sea la solución.

Cinco:
Son cinco latidos de un corazón muerto 
  Como cinco martillazos en un beso de vidrio.
Ya no sé si eres real o es tan solo otro delirio,
  Pero si me preguntan por ti, les diré… que has vuelto.

jueves, 8 de diciembre de 2011

LOCAL LIBERAL.

Imagen sacada de google

Relato para mayores de 18 años.


Aquella noche mi mujer salió a su cena mensual con sus amigas y a mí no me apetecía quedarme solo en casa. Llamé a Sergio, un amigo que se conocía todos los sitios de moda de Madrid.
Quedé con él; a las doce pasaría a recogerme; le pregunté dónde me iba a llevar. Me dijo que sería una sorpresa.
A las doce en punto estaba en la calle; hacía frío y Sergio no aparecía. Después de diez minutos esperando y helado, decidí volver a casa; cuando metí la llave en la cerradura del portal sonó un claxon detrás de mí. Era Sergio, que sonriendo me hizo un gesto con la mano para que subiese al coche. Sin muchas ganas obedecí y me senté en el asiento del copiloto. 
– ¿Dónde vamos? –pregunté.
–Si no has cambiado mucho en estos dos años que llevas de casado, donde te llevo te va a gustar.
Intente sonreír sin ganas; ¿Si no había cambiado mucho? Desde que me casé tan solo había salido dos veces sin mi mujer y las dos veces por asuntos de trabajo. Me había vuelto un calzonazos.
Atravesó la ciudad a toda velocidad, como en él era habitual; en quince minutos habíamos llegado a nuestro destino.
En la fachada no se veía nada que hiciese ver que allí hubiese algo abierto; Sergio llamó a la puerta de madera medio desvencijada, un hombre de casi dos metros de alto abrió la puerta, agachándose un poco para no darse con el cerco.
Enseguida reconoció a Sergio y con una sonrisa y un apretón de manos nos dejó entrar.
Dentro del local el aspecto era diferente; estaba decorado lujosamente, no correspondía con aquel edificio que parecía que se iba a derrumbar en cualquier momento.
Al cruzar la primera puerta, una señorita con un antifaz nos llevó a una pequeña habitación totalmente blanca, con un pequeño ventanal en medio de una de las paredes, y en el centro una mesita redonda, también blanca que parecía que la pintaron al mismo tiempo que la instancia; sobre ella, unas pegatinas color marrón carne, unos antifaces de diferentes formas y tamaños, y unos aparatos parecidos a unos cascos de escuchar música con un pequeño micrófono a uno de los lados.
Me entró la risa, me recordaba a los micros que usaban algunos cantantes en sus conciertos y pensé que me iba hacer cantar como en un karaoke. 
–Vamos, desnúdate –dijo Sergio, sacándome de mis pensamientos. 
– ¡¿Qué me desnude?!  –pregunté.
 –Claro, ¿no me vas a decir ahora que te da vergüenza desnudarte delante de mí?
–No, no es eso, solo que no entiendo por qué nos tenemos que desnudar.
–Son las reglas del juego, si quieres jugar, esto es lo que hay.
No sabía qué hacer, imagine que me había metido en una especie del local para personas liberales; siempre me había llamado la atención conocer un sitio así, pero ahora estaba casado y era fiel a mi mujer.
Mi curiosidad ganó la batalla, y además, nadie me podía obligar a acostarme con nadie. Decidido, me desnudé y metí mi ropa por el ventanal como había hecho él.
Sergio agarró una de las pegatinas que había sobre la mesa y me la colocó sobre el tatuaje de mi hombro; un ave Fénix negro con las plumas de la cola de distintos colores, igual que el que llevaba mi mujer en la espalda.
Me entregó uno de los micrófonos y me contó cómo ponérmelo, después me dio uno de los antifaces y me lo puse tapándome media cara.
Intenté hablar, pero mi voz sonaba distorsionada. Sergio me explicó que era un distorsionador de voz para que nadie pudiese reconocerme en la calle, al igual que taparse los tatuajes o ponerse el antifaz. La idea me parecía bien, era una buena forma de mantener el anonimato.
Salimos por otra puerta que daba a un pasillo donde solo había dos luces de emergencia encendidas; entre la poca luz y el antifaz, casi no veía y tuve que ir apoyándome por las paredes.
Salimos a un gran salón, con una luz tenue, pero que se veía bastante bien. Al fondo de la habitación había una barra donde varias personas desnudas bebían de sus copas.
Nos acercamos y Sergio pidió dos Copas de bourbon; cogimos nuestras bebidas y nos sentamos en una mesa vacía.
Sergio movía los pies al ritmo de la música, mientras yo miraba todo lo que ocurría a mi alrededor.
La vista de aquel espectáculo comenzó a excitarme; la gente se besaba y acariciaba sin ningún pudor.
De repente, vi a dos mujeres comiéndose a besos en un rincón, tenían unos cuerpos de infarto; con un pequeño golpe llamé la atención de Sergio para que mirara.
–Ese cuerpo lo reconozco –dijo–, he estado con ella un par de veces, es la mejor que hay por aquí, pero siempre está muy solicitada, es famosa por sus felaciones.
¡Felaciones!, hacía ya algún tiempo que yo no sabía lo que era eso, mi mujer decía que le daba asco.
Seguí observando a las dos mujeres se me comían con ferocidad la una a la otra. La conocida de Sergio me miró fijamente con unos preciosos ojos azules y me sonrió.
– ¿Has visto que ojos más bonitos tiene tu amiga? –dije a Sergio que estaba mirando como una pareja hacia el amor detrás de él.
–Seguramente sean lentillas, muchas de las mujeres de aquí se las ponen para parecer más interesantes. ¿Te gustaría conocerla? – levantó la mano saludándola con énfasis.
Las dos chicas dejaron de besarse y se acercaron a nosotros.
–Oye, yo no quiero nada con nadie, yo soy fiel a mi mujer –dije a Sergio al oído.
–Eres libre de hacer lo que quieras, pero con ella tendrías el mejor orgasmo que hayas tenido en tu vida.
Las mujeres se sentaron a nuestro lado y Sergio pidió cuatro copas.  La mujer de los ojos azules se sentó a mi lado y comenzó a acariciarme el muslo; su mano era suave y estaba caliente por los roces del cuerpo de la otra mujer. Comencé a tener una erección; con suavidad aparte su mano. –Lo siento, pero estoy casado.
 –Todos lo que estamos aquí lo estamos –me dijo.
Miraba aquellos ojos e imaginaba como sería hacer el amor con ella; mi miembro se encontraba cada vez más duro. Miré a Sergio que tenía la cara metida entre los pechos de la otra mujer.
Me sentía incómodo, pero a la vez excitado. Le di un pequeño golpe en el hombro.
 –Sergio, quiero irme de aquí.
–Espera un poco; no hace falta que hagas nada si no quieres, puedes mirar solamente.             
Di un trago a mi copa; la mujer de los ojos azules dio una palmada en el culo a su compañera, que ya estaba a horcajadas sobre Sergio. La otra mujer se levantó sin decir nada y se marchó hacia la barra donde enseguida se comenzó a besar con otro hombre.
Sergio se movió hacia el final del sofá, la mujer se tumbó dejándome ver su precioso culo.
(Al verla desnuda me di cuenta que a mi mujer lo máximo que le había visto era con bikini, cuando hacíamos el amor lo hacíamos con la luz apagada, porque le daba vergüenza).
 Comenzó a besarle por los mulsos, suavemente; yo di otro trago a mi copa, que dejé vacía. El alcohol iba haciendo efecto en mí, ya no estaba acostumbrado a beber. Me levanté y fui a pedir otra copa.
Desde la barra podía ver mejor lo que pasaba en nuestra mesa; la mujer tenía agarrado el miembro de Sergio con su mano, mientras le besaba el glande y los testículos.
Mi pene, cada vez estaba más hinchado, incluso me dolía; me froté suavemente para calmar el dolor, una chica, que por su aspecto debía de ser jovencísima, se acercó a mí poniéndose de rodillas.
Seguía mirando a aquella mujer que hacia desaparecer los veinte centímetros de Sergio dentro de su boca; en ese momento yo deseaba ser él.
Notaba un inmenso placer que provenía de mi pene, agaché la cabeza, y vi como la chica joven me estaba masturbando.  Lentamente la levante y comencé a besarla, mientras no me perdía ni un segundo lo que pasaba al otro lado. Empecé a acariciar su cuerpo, tenía la piel tersa y suave.
– ¿Nos sentamos dónde tu amigo? –Me susurró al oído.         
Hice un gesto afirmativo con la cabeza y nos acercamos a ellos. Me senté en el sofá, la chica se sentó encima de mí y comenzó a besarme el cuello y el pecho.
Yo no hacía más que mirar aquel precioso culo y aquella boca que seguía chupando con avidez el miembro de Sergio.
Mis manos se deslizaban por el cuerpo de la joven, acariciando sus nalgas y su vagina. –Tócala –me dijo, mientras me lamia la oreja y el cuello.
¡¿Qué estaba haciendo?! Estaba siendo infiel a mi mujer con una chica que no sabía ni como era, ni como se llamaba. Lo que estaba haciendo estaba mal, pero no podía parar, no quería parar.
La muchacha agarró mi falo y se lo introdujo suavemente dentro de ella; podía notar su calor. Comenzó a moverse despacio, mientras repetía “tócala, tócala”.
Mi mano se posó en la parte interna del muslo de la mujer, que levantó la cabeza, me sonrió y continuó con su trabajo.
 Fui subiendo hasta sus glúteos, sus piernas se abrieron un poco más dejándome ver su vulva, mi mano acariciaba su clítoris, mientras ella se introducía dos dedos bajo la atenta mirada de la joven, que cada vez se movía más rápidamente. 
Notaba el flujo de la chica sobre mis muslos y el de la mujer sobre mi mano; volví a acariciar aquel generoso culo y subí la mano por su espalda, mis dedos se toparon con la rugosidad de una pegatina como la que yo tenía sobre el tatuaje.
Mire a Sergio a la cara, parecía que estaba a punto de terminar y a mí no me quedaba mucho.
Mis dedos tocaban una de las puntas de la pegatina. La joven estaba llegando al clímax y comenzó a moverse frenéticamente, arrastrándome al placer con ella.
La mujer tocada su sexo, introduciendo sus dedos  Sergio se vacío dentro de la boca de la mujer, unos segundos antes de que nosotros llegásemos al unísono al orgasmo; con mis dedos tiré un poco de aquella pegatina.
Mientras intentaba recobrar el aliento con la cabeza de la chica sobre mi hombro miré la espalda de la mujer y pude ver que bajo la parte de la pegatina que había despegado, sobresalían las plumas de la cola de distintos colores de un ave Fénix.   

lunes, 5 de diciembre de 2011

VIENE A POR MI.

Imagen sacada de google

Viene a por mí, lo sé.
En el siquiátrico me tienen atado, se que hoy va a ser mi último día, pues hoy no me puedo defender.
No debí contárselo a nadie, pero confiaba en ella; pensaba que me creería; no fue así; por eso ahora me encuentro encerrado en este cuarto de paredes acolchadas y esa luz tan fuerte que me hace llorar los ojos.
No estoy loco, aunque me tengan aquí encerrado. Ella llamó a los médicos y me ingresaron sin tan siquiera hacerme pruebas.
Me tienen drogado, me han dado un Tranxiliun y después un Valium,  todavía intento luchar por quitarme las correas, pero noto que los ojos se me cierran, estoy perdido, las luces se apagan y no consigo mantener los ojos abiertos.
Oigo su voz, pero no es ella, entre la niebla de mi vista consigo distinguir su forma, una forma que no es humana, lo sé porque la he visto muchas veces. Ya me ha encontrado, estoy perdido.
Intento soltarme, pero apenas tengo fuerza para mover los brazos, huelo su aliento, putrefacto, me cae su saliva en la cara, me quema como si fuese acido, intento gritar pero la voz no sale de mi garganta.
Consigo chillar y despierto.
¡Joder! Ha sido solo un sueño, una pesadilla. A mi lado se encuentra ella, tan bonita como siempre, la beso en la espalda la acaricio el pelo.
 Su melena  comienza a tener vida propia y me agarra fuertemente del brazo, noto como los finos hilos de su cabello me van rajando la carne.
 Mientras se gira, puedo comprobar que ya no es ella, si no ese horrible monstruo del que he conseguido escapar desde niño, pero esta vez lo ha conseguido; ya soy suyo.
Se acerca a mí para devorarme y veo en su espeluznante rostro, algo parecido a una sonrisa.
    

jueves, 1 de diciembre de 2011

ALGÚN DÍA LO SABRÁS

Imagen sacada de google

Como no consigo recuperar los escritos perdidos (Sigo buscando) os dejo un poema de los que se pueden encontrar en "Poemas de la calle"
Unos besazos y abrazos.

Algún día lo sabrás
y no saldrá de mi boca.
Te lo susurrara el viento 
cuando te encuentres sola.

sabrás por fin la razón
de porque, todo ha acabado
y ya no tendré la ocasión
de habértelo explicado.

Te pido ahora perdón
aunque tú no entiendas nada.
Cuando despiertes, no estaré.
Sera mejor que me vaya.

Y lloraras, reina mía.
Y te sentirás culpable.
Y pensaras que en el mundo 
ya no habrá quien te ame.

Intenta ser fuerte, princesa 
y mira siempre adelante.
No mires nunca hacia atrás,
pues me veras espiarte.

martes, 29 de noviembre de 2011

FINAL ALTERNATIVO.

Como he tenido un pequeño problema con el ordenador (he perdido todo lo escrito desde hace 20 días) os dejo algo escrito hace algún tiempo, pero que no sé si lo colgué en el antiguo blog.
Espero que os guste.
Unos besazos y abrazos.

Imagen sacada de google


Un rayo de luz entraba por la ventana; se despertó con una sonrisa en su rostro, como en ella era habitual; le levantó bailando y abrió las ventanas de par en par para gritar:
–¡Buenos días, flores, buenos días, pajarillos!
Comenzó a cantar con su voz melodiosa;  los pájaros se posaban en sus hombros, los ratoncillos correteaban entre sus pies. Todo era perfecto a su alrededor.
Mientras tanto, en el castillo, la bruja pensaba que no volvería a fallar, mientras montaba su Barret, colocaba la mira telescópica, lentamente se encendía un cigarro, sacaba el fusil por la ventana  y apuntaba a la cabeza de Blanca Nieves.     

viernes, 25 de noviembre de 2011

Y TÚ, ¿POR QUÉ ESCRIBES?



Hoy os quiero presentar un nuevo blog que ha comenzado hoy mismo a andar; espero que con vuestra inestimable ayuda funcione. 
pienso que es una idea interesante para ayudar a otras personas a que lean sus trabajos que con tanto cariño y esfuerzo realizan.
echarle un vistazo y ya me diréis que os parece la idea. ( Se aceptan sugerencias)
Un saludo.

Aquí os dejo el enlace:




jueves, 24 de noviembre de 2011

UN LUGAR CUALQUIERA.

Imagen sacada de google

Solo busco un lugar para seguir soñando.
Un lugar donde tus besos no sean simples recuerdos,
un alberge de silencio para mis pasos cansados,
una morada clandestina donde guardar mis te quieros,
donde mi alma moribunda pueda seguir durmiendo.
Y los pesares… mis pesares, no pesen en el pensamiento

Solo busco un lugar para seguir soñando.
Donde mire tus ojos y me devuelvan mi reflejo,
un rinconcito pequeño en el que estas a mi lado,
que tu sonrisa me salve los días en los que muero,
una pequeña guarida sin dolor y sin sufrimiento.
Y los pesares… mis pesares, no pesen en el pensamiento.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

ERRANTE.



23 de Noviembre de 2011
Eran las once de la noche; hacia frio. Envuelto en su viejo gabán paseaba por las solitarias calles; aquellas calles por la que tantas veces había paseado. Pero eran otros tiempos, ya nada volvería ser lo que era. Sentía su cuerpo cansado, sus manos comenzaron a temblar. Se sentó en el banco de aquel parque donde todo comenzó.

23 de Noviembre de 1961.
Era una noche parecida a la de hoy; se encontraba sentado en el banco, fumándose un cigarro, satisfecho con él mismo por haber ejecutado bien su trabajo; era un profesional.
Escondida en la parte trasera de su pantalón notaba el cañón aún caliente de su pistola.
Veinticinco mil pesetas, demasiado dinero simplemente por encargarse de una vieja loca, un trabajo muy fácil.
El viento comenzó a sacudir las ramas de los árboles, un aullido desgarrador llegó hasta sus oídos haciéndole sentir un escalofrío, las luces de las farolas se apagaban y encendían frenéticamente mientras una densa niebla rodeaba poco a poco el parque.
Se puso en pie, sacando el revolver de su espalda; notaba una presencia, pero conseguía ver a nadie.
De detrás de la niebla salió una mujer; era joven, alta, morena; su vestido rojo mostraba todas sus curvas.
Él le apuntó con el revolver a la cabeza; la mano comenzó a temblarle, un fuerte dolor se apoderó de su cabeza, un zumbido retumbaba en su cerebro haciéndole sangrar los oídos. Cayó de rodillas, soltó la pistola y echó las manos a sus oídos; el dolor era indescifrable.
La mujer se acercó a él, sonriendo, se agachó a escasos centímetros de su cara.
–No encontraras la paz, vagaras por estas calles, sin descanso, por el resto de tus días.
La mujer se levantó, sin decir nada más se giró sobre si misma y comenzó a andar hacia la bruma. Él miraba desde el suelo como se alejaba, al llegar al final del parque la mujer se volteó. Pudo ver como aquella bella mujer se transformaba en la anciana que momentos antes había matado.

23 de Noviembre de 2011.
Habían pasado cincuenta años; cincuenta años sin dormir, vagando por las mismas calles, sentado en el mismo banco, volviendo a la misma noche una y otra vez.
Ya era muy mayor, pronto dejaría el mundo de los vivos y por fin su alma descansaría en paz.        

24 de Noviembre de 1961
Periódico local:
Un hombre apareció muerto en extrañas circunstancias  el en parque de los Sauces. El hombre se encontraba tirado en el suelo, con las manos en la cabeza y un arma de fuego a su lado… 

martes, 22 de noviembre de 2011

UNA NOCHE.

Imagen sacada de google

A veces la niña juega
con sus muñecas gastadas.
esperando a su príncipe azul
que venga a rescatarla.
Llorando se queda dormida
y sueña con hadas blancas,
Hadas de la felicidad;
hadas de la esperanza.

Una pareja se funde en uno
entre besos y sudores.
Miradas de enamorados
que no tienen sinsabores.
cuerpos libres de pecado.
amar no es de pecadores.

El brillo de una navaja
que atraviesa un corazón.
Un bullicio en plena calle,
unos llantos de dolor.
Otro pobre niño muerto
por una tonta discusión

Historias escondidas
tras las noches calladas.
Amores sin previo aviso
entre almas olvidadas.
Lloros en silencio
entre amores de barra.

el reloj sigue su curso;
el tiempo nunca se para.
Pronto amanecerá,
la noche será olvidada
pero las hadas de aquella niña...
velaran en vuestra almohada.

lunes, 21 de noviembre de 2011

EL DÍA DE LOS CINCO REYES Y OTROS CUENTOS.

Imagen sacada de google

El día de los cinco reyes y otros cuentos es un recopilatorio de varios autores seleccionados en la I convocatoria de miNatura Ediciones en el cual hay publicado uno de mis relatos " Síndrome de capgras".
Aquí os dejo el dejo el relato para aquellos que no le hayan leído.
Unos abrazos.


                                                           Síndrome de Capgras.

Sí, se parece a mi mujer, pero no es ella; no se parecen en nada, solo en el aspecto.
–Debes tomarme el tratamiento –dice con esa maldita voz dulce. Como la de mi esposa.
No quiero tomarlo, no me hace falta; dice que estoy loco, pero es porque la he descubierto; no es humana; quiere estudiarme, pero no me dejaré.
Cree que porque me ponga un vaso de leche con las pastillas me las voy a tomar; me beberé el vaso de leche y las pastillas las esconderé.
Todos dicen que es mi mujer, incluso ese maldito psiquiatra, que le cree a ella y no a mí; y me receta tantas pastillas.
Dice que tengo el síndrome de Capgras. Eso significa, que según ellos estoy loco porque creo que mi mujer ha sido suplantada por una extraterrestre idéntica a ella, pero conozco perfectamente a mi esposa y sé que no es ella.
Sí, son completamente iguales, se comportan igual, incluso su olor corporal es el mismo, pero no es ella.
No debía haber tomado la leche; esta vez me ha engañado; tengo sueño, estoy completamente relajado; no consigo mantener los ojos abiertos. Me ha echado el medicamento en el vaso. Esta vez ha sido más lista que yo.
Intento abrir los ojos, pero solo consigo un rápido parpadeo; caigo a los pies de Morfeo.
Despierto; oigo su voz,  está de espaldas a mí cantando nuestra canción. Todo ha sido una maldita pesadilla.
Intento levantarme de la cama, pero no es mi cama; es una especie de camilla de hospital. Noto sondas clavadas por todo mi cuerpo; intento gritar; un tubo introducido en mi garganta me lo impide.
Ella se gira; me mira fijamente; sus ojos se ponen en blanco y de su boca sale una especie de aguijón que se clava en mi estomago.
Yo tenía razón; no estoy loco, pero ya es demasiado tarde. 


sábado, 19 de noviembre de 2011

COSAS Y COSITAS.

Imagen sacada de google


Siempre me he considerado una persona normal, pero el día que me cortaron las alas me di cuenta de que era diferente.

En el mismo momento en que llegué al mundo me di cuenta de la vida que me esperaba y comencé a llorar.

Siempre he luchado para sobrevivir, ahora que ya no tengo fuerza, lucho por poder morir.

Vale que no nos conozcamos, pero eso no significa que no podamos echar un polvo.

Me di cuenta de cuánto te quería, en el mismo instante en que me dijiste adiós.

Estoy tan cansado de la vida que no tengo ganas ni de morir.

Brindo por tu ausencia cuando estás conmigo, lloro porque vuelvas cuando te has ido.

Miro a un niño cuando sonríe y sonrió ¿Sera contagioso?

Antes de saltar no pensó en ello; no tenía miedo a la muerte, pero sí al dolor.

Tenía tan mala suerte que lanzó los dados y salió cruz.

Cuando miro al pasado, veo el futuro, cuando miro el presente veo el futuro.

Nunca llueve a gusto de todos, porque no llueve whisky.

A veces veo de reojo como mi sombra intenta escapar.

Nunca he tenido una pistola entre mis manos. Estáis a salvo.

Cuando pienso en todo lo que no he hecho no recuerdo lo que ya he hecho.

Nunca miro hacia atrás, no vaya a ser que me dé una hostia contra una farola.

Siempre llevaba gafas oscuras, no quería que nadie mirase a través de sus ojos.

Ninguna mujer es fea. Y Carmencita es la excepción que confirma la regla.

Cuando creas qué se ha acabado, echa otra moneda en la cabina del sex shop.

Destrozó el espejo para no ver el reflejo de su alma.

Siempre pensaba en lo mismo, hasta que se le olvidó.

Era tan diferente a todos, que antes de ver una película esperaba a que hiciesen el libro.

¿Qué hubiese sido de Dorian Gray, si su retrato lo hubiese pintado Picasso?

Si me dan a elegir, en mi próxima vida me pido ser león.

Nunca pensaba lo que decía, ahora nunca dice lo que piensa (Perdió las cuerdas vocales).

Trabajaba tanto, que el día que murió se dio cuenta que no había vivido.

Era tan mala persona que hasta su perro le abandonó.

Era muy bueno tocando la guitarra, lo único malo que no sabía sacar música de ella.

Pintaba el cuadro con acrílico blanco, porque se sentía triste.

Miró a un lado y al otro antes de que el coche la pasera por encima.

Quien no entienda lo que digo, es porque no piensa como yo. El que piense como yo, que empiece a preocuparse.

Sentado en el banco de un parque veía al niño haciendo pompas de jabón y pensó que debía estar bien eso de explotar.

jueves, 17 de noviembre de 2011

LA SONRISA.

Imagen sacada de google

Con la foto entre sus manos miraba aquella sonrisa que siendo aún una niña la enamoró. Habían pasado ya más de sesenta años y sus sentimientos hacia él no habían cambiado, seguía siendo su príncipe azul, aquel príncipe que alguna vez leyó en algún cuento de su infancia. Pero el príncipe ya no podía librar batallas, estaba postrado en la cama de un hospital esperando que la vieja y fría muerte fuese a visitarle.
Ella estaba en casa intentado hacer las labores del hogar, aunque ya casi no podía valerse por sí misma.
Pronto llegaría su hijo para llevarle junto a su amado esposo. Quería pasar el mayor tiempo posible a su lado antes de la fatídica suerte.
Aun no eran las diez de la mañana y ya estaba allí, saludando a todas y cada una de las personas que trabajaban allí, como había hecho tantas veces; ya no recordaba cuanto tiempo llevaba su marido en aquel hospital.
Al entrar en la habitación sintió que algo no iba bien, no sabía decir que era, pero lo notaba.
Se acercó a él, agarró su mano firmemente y se agachó, pese a su dolor de espalda, para darle un beso en la frente como hacia todos los días.
El marido le miró fijamente a los ojos –te estaba esperando –le dijo intentando alzarse; su débil cuerpo cayo inerte contra el colchón; sin vida.
El día del funeral ella contó a sus familiares y amigos que antes de morir pudo ver en su rostro aquella sonrisa que la enamoró siendo aún una niña.  

miércoles, 16 de noviembre de 2011

CONTESTANDO AL MISÓGINO DEL METRO.

Imagen sacada de google

Todos los tíos son iguales

Voy a contestar al misógino del metro.
No soy angelina joie, ni tampoco lo pretendo.
Entre mis pequeños pechos estarías muy contento,
y con esas barbas tuyas tienes pinta cerdo.
Aunque hoy no me he peinado, tengo pelo para hacerlo.

Me has mirado el culo y las tetas mientras yo iba a lo mío.
Aunque sea tan temprano tienes pinta de salido.
No pienses que aceptaría ir a a comer contigo,
pues con lo gordo que estas no probaría un mordisco

Agarro tan fuerte el bolso porque no eres de fiar.
No entiendes de moda, con tus pintas es normal,
este modelito lo compré en desigual.
No, no soy la Venus de Nilo, pero tú no eres Tarzán.

Créeme que me das pena y no me equivoco,
además de feo y calvo tienes cara de loco.

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