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lunes, 23 de enero de 2012

FUMETAMAN BEGINS



Dibujo realizado por Raúl A Q

Ser superhéroe no era como contaban en los comic. Él había intervenido en un par de casos y no había recibido ni las gracias, es más, en el último de ellos la mujer que salvó la vida le fracturó dos costillas. Y para colmo, ni siquiera los periódicos hablaban de él.
Pero esta noche seria diferente; conseguiría resolver un caso en el que hablarían de él todos los noticieros, e incluso en el sálvame de luxe.
Tendría un grupo de fans, grupees detrás de él para que les firmase autógrafos y posiblemente algo más.
Convencido, se puso su traje y decidió salir por la puerta. (Salir por la ventana no se le daba nada bien).
Al llegar al rellano se encontró con la señora María que al verle con esas pintas se asustó e intentó agredirle con el bastón. Salió corriendo por la puerta, no sin antes sentir un bastonazo en la espalda. –Joder, hasta los bastones los hacen ya de metal, los podrían hacer de madera como los de toda la vida.
Pensó que la próxima vez tendría que tener más cuidado; menos mal que la señora María sufría alzhéimer y mañana no se acordaría de nada, no como el cabrón de su marido que todavía le recordaba cada vez que le veía que le había roto las gafas de un balonazo siendo niño.
Andana entre las sombras de las calles buscando algo importante, nada de chorizos de poca monta, o violadores. Buscaba algo más gordo. El robo de una joyería o el atraco a un banco.
Mientras continuaba pensando en ello, vio a tres hombres que le estaban propinado una paliza a otro. Se detuvo un momento pensando en ayudarle. El hombre le miró a los ojos, con la cara llena de sangre y estirando una mano en forma de suplica. –Si se puede mover, se puede defender él solo-. Pensó, continuó su camino.
Al girar la esquina vio una gran llamarada proveniente del final de la calle.
Un edificio estaba ardiendo y una multitud se agolpaba fuera; eso era lo que estaba buscando. No sabía si sus súper poderes le hacían vulnerable al fuego; enseguida lo comprobaría.
Se saltó el cordón policial y corrió como un gamo hacia el portal, subió por las escaleras; el humo ya llegaba al segundo piso y todavía tenia que subir otros dos más. Comenzaron a llorarle los ojos y se tapó la boca con el guante.
La puerta estaba abierta de par en par. Entró en la casa entre las llamas; en medio del salón se encontraba una mujer de unos ciento vente kilos tirada en el suelo, a su lado un gatito le lamia la cara a la mujer.
Intentó levantarla, pero el humo había inutilizado su súper fuerza y solo consiguió arrastrarla un par de metros. –No puedo hacer nada por ella.
Agarró al gato y salió de allí a toda velocidad. Al bajar por las escaleras se cruzó con dos bomberos que le gritaban que saliese de allí de inmediato.
Salió del portal, pensó en hacer como Spiderman, dejar el gato en el suelo y desaparecer; así daría más intriga a su personaje.
Dejó suavemente el gato en el suelo y salió corriendo. Cuando llevaba unos doscientos metros recorridos miró atrás y vio como el gato volvía a entrar por el portal.
Al día siguiente se levantó temprano para comprar el periódico. Una foto del edificio en llamas era la portada.
Se fue a la cafetería de enfrente, pidió un café, se sentó y comenzó a leer:

Los bomberos rescatan a una mujer en un edificio en llamas en el centro de la ciudad…
Mientras, en ese mismo incendio, un hombre disfrazado con un traje barato de Batman abandonaba a un gato que terminó siendo pasto de las llamas.

Detrás de él, dos mujeres hablaban que un hombre muy raro había intentado violar a la señora María.                

2 comentarios:

  1. Ouch,jajjaa pero que bien se te da imaginar...
    Raul, dime la verdad... Tu no eras?
    Ehmmm, ahora me retiro pensando cuanto hay de loco o de cierto en tus geniales relatos.
    Besotes

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