Imagen sacada de google
Entre la
gente; buscando a aquella mujer; su perfume se había impregnado en su ropa, en
su piel, en su mente.
Solamente se
habían rozado un momento, un solo instante en que sus cuerpos se juntaron, sus
ojos se cruzaron, sus labios estuvieron a punto de posarse los suyos en los de
ella.
Supo que era
ella; no era su pelo, ni su cuerpo, ni sus andares; pero en sus ojos pudo ver
que era ella; que siempre había sido ella.
A esa mujer hasta yo la buscaba.
ResponderEliminar¿como pudo verle los ojos, carallo?
ResponderEliminarjeje
...
hablando en serio, fíjate, que uno sabe que es ella -enamorado digo- hasta por la sombra
un abrazo oriental para un amigo madrileño
Es misterioso pero algunas veces se sabe quien es el adecuado.
ResponderEliminarBesitos