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miércoles, 12 de octubre de 2011

HABLANDO CON DIOS.(CONVERSACIONES EN EL CALLEJÓN I)

Imagen sacada de google

Había sido una noche loca; perdí la cuenta de las copas de whisky, las rayas de coca, los porros y las anfetas que me tomé.
Cuando desperté me encontraba en un callejón oscuro como mi alma; al fondo divisaba a una persona que se acercaba hacia mí. Me encontraba sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la pared y un charco de vomito a mi lado. Intenté  levantarme, pero no pude. Al llegar el hombre a mi altura me dijo:
–Lázaro; levántate; anda–. Y me levanté.
Con un dolor de cabeza increíble le pregunté:  
–¿Tú, quién coño eres, y Cómo sabes mi nombre?
Haciendo la señal de la cruz en mi frente, me contestó:
–Soy el señor.
–¿El señor qué?
–Soy Dios.
–¡¿No jodas?!
–Sin joder pario la virgen. A mi hijo.
–Y ¿Cómo te llamo de tú o de usted?
–Deberías llamarme majestad, pero llámame como quieras.
–¿Majestad? ¿Cómo a los reyes magos?
–Tú, eres un cachondo, me parece a mí.
–Perdona, digo, perdone, es que es la primera vez que hablo  con un famoso y estoy un poco nervioso, pero bueno, ¿Qué es lo que quiere de mí?
Después de mirarme de arriba a abajo y poner cara de asco, me contestó:
–Vengo  porque llevas muy mala vida y tienes que remendarte, pues si continuas así, bebiendo, drogándote, robando, saliendo con mujeres malas y lo peor de todo, escuchando música tecno house, rave y su puta madre, no tendré más remedio que prohibirte el paso al cielo el día que mueras; que por cierto, dentro de dos meses te pillara un coche y te matara.
–¡Joder! Qué forma tienes de dar las noticias ¿Nunca has pensado en presentar un telediario?
–Sí, y tú podrías hacer monólogos, ¡no te jode! Bueno, que no te enrolles. ¿Qué opinas de lo qué te he dicho?
–¡Coño! ¿Qué quieres qué opine?, pues que la voy a palmar y todavía no he plantado un libro, ni he escrito un árbol, ni nada de nada.
–digo de cambiar de vida para poder ir al cielo, eres un poco corto, me parece a mí.
–Pues la verdad, en este país es costumbre cagarse en tu nombre y creo que tu reino debe oler a estiércol. Además seguro que en el infierno me encuentro con algún amigo. Creo que me quedo como estoy.
 –Está bien, si eso es lo que quieres, amen. –Se giró y desapareció por el callejón.
Yo, busqué mi charquito de vomito y me volví a sentar al lado de él.

3 comentarios:

  1. Jajajaja y plas, plas, plas, que todo a la vez no puedo... (se entiende que son aplausos, ¿no?)

    Besitos

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  2. Me suena, me suena. Pero me he reído igual que cuando lo leí la primera vez.

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  3. Si esto os ha gustado, vamos a ver que os parece la segunda parte.
    Unos besos.

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