Sábado 30 de Febrero de 0122. D.d.O. (Después de Obama)
Seguimos navegando al pairo. Después de la explosión del lunes pensamos que no queda vida en el universo, ya que el sonar no ha detectado movimiento desde hace unos días.
Noto a la tripulación un tanto inquieta. El alférez Gonso persigue a la capitana* Garriguez por toda la nave porque ha encontrado la combinación que abre el cinturón que ella lleva puesto.
La tripulación se juega los sugus a las cartas. Hemos tenido un par de percances. Hay algunos que tienen muy mal perder.
El sargento Martínez se ha preparado un gorro con papel de aluminio, porque dice que los extraterrestres le quieren leer la mente, los extraterrestres dicen que eso no es cierto porque solo piensa en guarradas.
No tenemos nada para beber y todos estamos medio deshidratados, les he dado agua, pero dicen que eso se lo beba mi madre; mi madre dice que ni de coña se bebe eso, que vaya a comprar whisky, que me corte el pelo y que me busque un trabajo. Ya no sé si está de cachondeo conmigo, o que la vista le ha ido a peor, porque soy calvo.
Se ha muerto el hámster que teníamos de mascota; la tripulación ha decidido que la nueva mascota sea el cabo Romerales porque es el más bajito; la verdad que lo pasa mal cada vez que intenta correr en la rueda.
Mi mujer dice que no la ayudo en la nave, que lo único que hago es ver la televisión, ese canal tan raro que solo sale una raya verde moviéndose dentro de un circulo, que por lo menos podía poner algún programa del corazón, que hace mucho que no sabe nada de la vida de los famosos. Se piensa que en el radar se puede cambiar de cadena. No se puede, ya lo he intentado muchas veces para ver algún partido de fútbol.
Tenemos un motín a bordo; mi mujer y la capitana Garriguez se han hecho fuertes en la cocina y dicen que no va a cenar nadie hasta que no saquemos la basura.
Hoy ha sido un día duro para todos los que vivimos en esta nave; nos quedamos sin Internet y no pudimos conectarnos a ninguna red social; no sé si habrán colgado algo nuevo en mi muro.
Mi mujer se ha vuelto a enfadar conmigo; dice que siempre estoy pensando en lo mismo, y que mi madre nos puede oír, la verdad, no lo creo porque la he quitado la pila del audífono porque se me paró el reloj.
Me toca dormir nuevamente en el sofá de la sala de control. Voy a buscar alguna revista de las que tiene escondidas el alférez Gonso.
P.d. creo que este viaje va a ser más largo de lo que pensaba, me acabo de hacer un esguince en la muñeca derecha.
Comandante de la nave entreprisas:
Genaro Hans Solo.
Nota aclaratoria:
En el año 0122 D.d.o la palabra capitana sera admitida por la R.A.E al igual que la palabra miembra.
jajajaja, qué risa, Raúl. Qué humor tienes. Magnífico. Qué buen rato me has hecho pasar.
ResponderEliminarEsta línea me gusta, la verdad es que me he reído a gusto con esta bitacora. Realmente algunas cosas no cambian ni así pasen mil años... jajaja
ResponderEliminarBesitos
Te contesto aquí, Raul, sí yo también participo en la micronovela, soy la quinta, y estoy de los nervios...
ResponderEliminarMe alegra que os haya gustado
ResponderEliminarUn abrazo.