El segundero martillea en mi cerebro.
Segundos interminables en los que espero.
Con su tic tac, acompasado y lento.
Más minutos pasan; más.
La manecilla parada; yo… desespero.
Minutos interminables que no te veo.
Con su pequeño tic que se hace eterno.
Más horas pasan; más.
La aguja me mira y ríe por dentro.
Horas interminables en las que muero.
Y con el último tac, por fin te encuentro.
Muy bien plasmado ese lento paso del tiempo.
ResponderEliminarGracias por pasar, espero que disfrutes de la novela.
Un beso.
Que injusto es el tiempo, siempre nos contradice... cuando queremos que pase despacio, es veloz como un rayo; y cuando queremos que pase rápido, pasa lento como un caracol o como nubes en un día sin viento.
ResponderEliminarMuy buen poema, me ha gustado.
Si tienes un ratito pasate por mi blog
http://magicomundoquevenmisojos.blogspot.com/
Gracias mis niñas por comentarme.
ResponderEliminarPia, seguro que me divierto con tu novela.
Sandii Bonito blog. Te iré siguiendo.
Unos besazos.
El tiempo ese gran "burlón", no podemos con él. Lo positivo es agarrarse a la última: Y con el último tac, por fin te encuentro.
ResponderEliminarBesitos
Elysa, a mí, últimamente las horas se me hacen días.
ResponderEliminarUn besazo mi niña.
Raul me gusto mucho así que seguiré paseando por tu rincón.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias Val, pasa cuando quieras, siempre seras bienvenida.
ResponderEliminarUn besazo.