Y se abrió para mí
como una flor en primavera.
Siendo de ella la primera
que exhale su elixir
Yo muy joven; era una un niño.
Ella dos años mayor,
ninguno sentía al amor,
pero si algo de cariño
Hoy me acorde ella
Hace ya muchos años,
fueron tiempos extraños,
unos días de epopeya.
Ya no recuerdo su nombre,
ni tampoco su mirada,
cuando me dio todo por nada,
dicen que me convertí en hombre.
Bueno, pues parece que no fue mal ¿no?
ResponderEliminarBesitos
Gente que sin querer marcó.
ResponderEliminar...eso suelen decir (lo de hacerse hombre, digo).
ResponderEliminarQue bicho jodido La Memoria.
Elysa, la verdad es que después quedó una gran amistad.
ResponderEliminarUn besazo mi niña.
Ey!! Doc. Nuestras vidas siempre están marcadas por otras persona, incluso por desconocidos.
Un abrazo, caballero.
Juan, es bueno tener memoria. Unas veces para recordar cosas bonitas y otras para no repetir cosas que no deberíamos. ¿No crees?
Un abrazo, amigo.
Me gustó el poema, en especial el comienzo, saludos.
ResponderEliminarGracias Ángel me alegra que te guste a ti que eres un gran poeta.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.