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lunes, 22 de agosto de 2011

FUMETAMAN. EL ORIGEN.

Dibujo realizado por Raúl A Q

Bartolo Cifuentes Payá andaba por la calle en dirección de la tienda de comic en busca del último episodio de Ultímate Spiderman, donde se decía que Spiderman moría.
Al doblar la esquina vio a los que hacía unos años, en el instituto, le pegaban y ultrajaban constantemente. Lo único que le hacía ser fuerte era leer comic mientras se fumaba un petardo. Soñaba con ser como sus héroes para algún día darles una paliza a aquellos chicos que le trataron tan mal de adolescente, pero allí estaban y nada había cambiado. Todavía le tocaba correr cuando se topaba con ellos y esta vez no iba a ser diferente.
Intentó darse la vuelta antes de que a viesen, pero ya era tarde.
–Eh, Barbobo (así era como le llamaban, aparte de sopla nucas, maricón, enclenque, y cosas por el estilo) –ven hombre, que no te vamos a hacer nada –dijo el que siempre había sido el cabecilla.
Bartolo se acercó a ellos, aunque sabía que un par de collejas no se las quitaba ni Dios.
Al llegar a su altura, uno de los chicos se levantó y se colocó detrás de él.
–Barbobo, ya te has echado novio –dijo el cabecilla. Los demás comenzaron a reírse.
–No creo, con lo feo que es no le quieren ni los salidos –dijo otro de ellos riéndose a carcajada limpia.
– ¿Pe… pe… per… perr… pero, pero to… pero, todd… pero, todavi… pero todavía, pero todavía er…   pero, todavía err… pero, todavía eres, eres vir… eres vir… eres virgen? –Preguntó uno de ellos, que no destacaba precisamente por su facilidad de palabra.
–No, la perdí con tu hermana la puta –dijo Bartolo, aunque sabía qué o empezaba ya a correr o la paliza que iba a recibir seria de antología.
Todos se levantaron al oír la contestación que había dado a su amigo el “Charlas” y no iba a quedar impune por hablar así a uno de los suyos.
Bartolo dio dos pasos hacia atrás, topándose con el tío que tenía detrás que intentó agarrarle;  Bartolo se libro de él y comenzó a correr. Todos le seguían de cerca y él iba notando que fumar tantos porros le había hecho perder el fondo físico y además tenía flato.
Se metió por un callejón sin salida. Los matones le acorralaron contra la pared.
Bartolo se tapó la cabeza con los brazos y cerró los ojos esperando el primer puñetazo. De repente notó un golpe en el oído. Comenzó a oír un zumbido en su cabeza y cayó inconsciente.
Se sumió en un profundo sueño en el que se veía disfrazado  de uno los componentes de la patrulla X. dándoles una paliza a los cinco matones, que salían volando a cada golpe que les daba, levantándolos como si fueran papel y lanzándolos contra las paredes.
Se despertó. Le dolía todo el cuerpo, pero dentro de lo malo todavía podía moverse. Miró a su alrededor y vio a cuatro de los cinco chicos tirados en el suelo.
Se sacudió la suciedad de la ropa. No sabía cómo, pero había conseguido derrotar a sus archienemigos y les había dado una buena tunda.
Salió de allí esquivando los cuerpos maltrechos de los matones y se dirigió a su casa.
A parte de los dolores que tenía, se sentía bien; más fuerte y más ágil.
Encendió un cigarrito de la risa mientras caminaba. Ahora debería saber que súper poderes tenía. Miró fijamente una pared para ver si su vista lo traspasaba, pero solo conseguía ponerse bizco. Después pensó que tal vez podría traspasarla y corrió a toda velocidad hacia ella. Un segundo antes de llegar a ella se detuvo en seco. Los dolores no le dejaban concentrarse; otro día lo probaría, de momento solo intentaría cosas fáciles. Miró una lata vacía tirada en el suelo.
Se concentro todo lo que pudo para hacerla levitar, pero solo consiguió que se desplazase a un lado, pero era un buen comienzo. Súper fuerza ya sabía que tenía por la paliza que había propinado a sus némesis.
Llegó a su casa y se tumbó en la cama; le quedan muchas cosas por probar, pero estaba cansado; dormiría un rato y después probaría si podía cambiar el clima, y lo más importante para él. Ver si podía volar.
Se echo a dormir pensando en lo que iba a cambiar su vida. Necesitaría un traje. Y lo más importante. Necesitaría un nombre.
Pero eso ya, es otra historia.
           
        

2 comentarios:

  1. Bueno, bueno, ya vamos conociendo algo más de Fumetaman. Este origen no está nada mal, pero... ¿seguro que fue él quién tumbó a esos cuatro?. Vamos a ver como siguen sus inicios.

    Besitos

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  2. ¿Tú crees qué fue él? Ya veremos lo que pasa, pues todavía no lo sé ni yo jajaja
    Un besazo mi niña.

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