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lunes, 1 de agosto de 2011

¡QUÉ BONITO ES EL AMOR!

Imagen sacada de google


Salí a fumar un cigarro a la puerta de mi trabajo. Sentados en un banco del parque de enfrente pude ver una pareja de chavales de unos quince o dieciséis años. Ella sentada encima de él. Él con la cara de gilipollas, que es la cara que se nos pone a todos los tíos cuando nos enamoramos.  Ella besándole el cuello; riéndose.
¡Qué bonita es esa época! La época del primer amor, cuando te pasas todo el día con una media sonrisa, cuando contestas a todo que sí, aunque te pregunten si eres tonto. Aquella época en la que solo piensas en ella; cuando la dejas en su casa y vas corriendo a la tuya para llamarla y preguntarla cómo ha llegado a casa, aunque la hayas dejado en la misma puerta del portal; una llamada llena de yo mases y cuelga tús que a tus padres pone de los nervios. Esa época que incluso te duchas diez minutos antes de ir a buscarla.
 Ese amor que parece que va a durar toda la vida. Se ponen nombres a los futuros hijos y todo se hace juntos; incluso se compra un collar con un corazón partido para cada uno y se unen cada dos por tres, con una estúpida sonrisa;  quieres ponerte a trabajar lo antes posible para poder iros a vivir juntos.
Pero en esa etapa solo estaba él. Ella ya estaba en la etapa de querer salir con sus amigas. La época que su argumento es el de que todavía es muy joven para atarse a otra persona. La época en la que dice que no quiere saber nada de los chicos y solo quiere divertirse; aunque el siguiente fin de semana se la vea con otro tío, y seguro que es uno que antes le caía mal.
Seguía observándoles, el cigarro se había consumido quemándome los dedos y devolviéndome a la realidad.
Continuaban sentados en el banco; mirándose; él con esa cara que todos conocemos. Ella con una cara que él jamás olvidara.
–Amigo queda menos de una semana para que te deje –pensé y volví al trabajo.

Hoy hacia una semana. Cuando salí a  fumarme un cigarro ya no me acordaba de aquella pareja sentada en el banco del parque, pero en ese mismo banco estaba sentado el muchacho; solo; sin más compañía que su sombra y las lágrimas de sus ojos.
 Seguía teniendo cara de gilipollas, pero era un gilipollas triste.
Tengo que dejar de fumar.

Por cierto, otra vez la he "liao parda" y he borrado todos los seguidores. si queréis que alguien os joda el ordenata llamadme a mí.

6 comentarios:

  1. jajajajajajajajaja venga, parece que no quisieras tener blog y menos que te leamos aiiii Raulicooo

    Me gusta tu relato y más tu poesía anterior ;)

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  2. Lucy, me estoy volviendo loco. no me actualiza, las entradas salen horas después de que las cuelgo, pero ¿Sabes qué te digo? que se va ha quedar así y que seguiré escribiendo y que actualice cuando le salga los hue... jajaja

    Me alegra que te gusten las dos cosas.
    Un besazo.

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  3. El relato está muy bien, realmente describe esa etapa.

    Haz el favor de estarte "quietito" con el blog, que para "escacharrar" cosas ya me las apaño yo, jajaja

    Besitos

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  4. Elysa ya se queda como esta, que bastante tonto estoy ya como para quedarme más tonto jajaja
    Un beso mi niña y gracias por seguir acompañándome.

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  5. Bueno me gustaron los "yo mases" y que deje de fumar, jajaja.

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  6. Gracias Yun por pasar por mi humilde almacén.
    Sí, tengo que dejar de fumar.
    Un besazo.

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